La jábega- texto

 

La jábega malagueña

Eugenia León. El arte de “la Jábega” hace referencia a un tipo de embarcación originaria de Málaga de pesca sin cubierta, de 7 a 9 metros de longitud y de 2 a 2.5 de ancho; tiene unos cuatro o cinco remos a cada banda más otro que actúa de timón en la popa. La proa tiene una especie de pico y suele llevar grandes ojos pintados en los lados.

Los pescadores de las playas de Málaga, o jabegotes, practicaban la pesca en la jábega antes del amanecer. Así, el jabegote tendía la red sobre las aguas, trayendo a la orilla los recios cabos que arrastran la red, tiraba durante horas y horas de la misma, extrayendo el denominado copo. A esta acción, también se le denomina “la jábega”.

Pescadores, vendedores y curiosos iban a la orilla y el jabegote vendía el producto en subasta pública. La playa se convertía entonces en un mercado: besugo, atún, salmonete, calamares, caballas, jurel, sardina y boquerones; una vez vendido el pescado, pasaba a los cenachos todavía saltando, donde un grupo de muchachos se peleaban por las sobras del botín.

Una vez los visitantes compran el pescado, es la moraga clavando en la arena largas filas de peces.

Por su parte el pescador, una vez retirada la parte de su almuerzo, regala “puñado de boquerones” que le han sobrado a los que le insisten. Así, la mayor parte de los pescadores se dedican también a la venta de pescado al menudeo, convirtiéndose entonces, en cenacheros.

Igual que otros hombres dedicados a las tareas del mar, el pescador vive en casas que más se parecen a chozas, algunos hacen su cama “junto a la barca de redes”.

Algunas monedas y un puñado de boquerones es el salario de tan dura jornada laboral. El principal alimento del jabegote es el pescado y sus derivados, el secreto de la fórmula, al parecer, está en el punto de cocción.

El jabegote carece de noción religiosa, moral y social, sin embargo en cierto relato se habla de que en el Palo, un pescador demuestra tener sentido del honor al no aceptar ayuda de su hermana, que se ha prostituido, para evitar la miseria en la que viven.