Málaga fue una de las ciudades impulsoras de la industrialización en España en la primera mitad del siglo XIX, sin embargo, unas décadas después este tipo de actividad cesó y dio paso a otros servicios como el turismo que se asentaría en la capital y la provincia en el siglo XX. Los rastros arquitectónicos de esa época hoy han desaparecido casi en su totalidad y con ellos las huellas de las fábricas de las familias burguesas que se afincaron en la zona. Con la intención de preservar la mayor información posible investigadores de la Escuela de Ingenierías Industriales han puesto en marcha un proyecto por el cual alumnos de este centro aplican métodos de ingeniería inversa (proceso llevado a cabo con el objetivo de obtener información o un diseño a partir de un producto) para llegar a obtener levantamientos tridimensionales de fábricas, instalaciones y maquinaria antigua.

“Buscamos imágenes de planos de instalaciones fabriles, máquinas y mecanismos en archivos y libros antiguos de la época, o bien tomamos datos in situ de aquellos lugares o elementos que nos interesen para proporcionárselo a los alumnos. Ellos, por su parte, tienen que interpretar y desarrollar el modelo en 3D y los planos, para lo cual, en muchos casos, necesitan documentarse e indagar en la historia de Málaga”, explica Beatriz Blázquez, del Departamento de Expresión Gráfica, Diseño y Proyectos, que junto con sus compañeras Francisca Castillo y María del Carmen Ladrón de Guevara, son parte del grupo de investigación de Ingeniería Gráfica y de Diseño que desarrolla esta línea de trabajo.

Este proyecto cuenta con un doble objetivo. El primero es poner en valor el patrimonio industrial de la provincia, manteniendo la información que aún persiste y creando nueva. La segunda finalidad es la formativa que se desarrolla a través de estas actividades. “Les enseña a comprender el funcionamiento de lo estudiado y a incrementar su capacidad espacial, aptitud clave para un ingeniero, además de analizar la evolución de la técnica a lo largo del tiempo”, comentan las expertas.

Los estudiantes que participan en el proyecto son los que cursan asignaturas relacionadas con el Diseño Asistido por Ordenador de los grados de las ingenierías industriales y del Máster en Representación y Diseño en Ingeniería y Arquitectura. Comenta Blázquez, que los avances en las prestaciones computacionales de los equipos informáticos y de software han hecho de esta actividad algo posible, ya que los tiempos de procesado, aunque aún son grandes, han disminuido considerablemente y ello posibilita que con ordenadores de gama media se puedan realizar este tipo de trabajos.

La motivación que sienten al realizar esta actividad trasciende de las aulas y las expertas aseguran que muchos se implican tanto que son ellos mismos son los que proponen nuevos, o incluso se lanzan a realizar el prototipo físico para tener un modelo real del elemento. Prueba de ello es el aumento de un 30% de las propuestas de Proyectos Fin de Grado o del Máster tomando como referencia el patrimonio histórico malagueño. Gracias a este crecimiento en las peticiones, ya han obtenido alrededor de una veintena de modelos con los que el grupo de investigación tiene previsto elaborar un catálogo en el futuro. “Todos los estudiantes no están cualificados para realizar este tipo de modelos tan complejos, ya que se necesita tener una gran destreza y conocimiento de la técnica, por eso la mayoría lo hacen para los trabajos fin de carrera o máster”, declara Ladrón de Guevara.

Esta investigadora también incide en la importancia de mantener las huellas de la Málaga industrial. “Es importante despertar el interés de los jóvenes por la historia de nuestra provincia y una vez que empiezas te pica el gusanillo y te metes en este mundo muy a fondo”, comenta la investigadora. Actualmente se encuentra inmersa en la recopilación de datos sobre una fábrica ubicada en la costa oriental de Málaga, relacionada con el sector de la caña de azúcar, y de la cual previamente ha realizado trabajos de campo, practicando ingeniería inversa, para llegar a su virtualización y planos. En este sentido, la mayoría de los modelos que están desarrollando son herramientas y maquinaria que se conocen gracias, sobre todo, a libros antiguos. Un ejemplo es el reloj linterna del siglo XVII y que toma su nombre por su apariencia en forma de farol. Sin embargo, cabe destacar el levantamiento tridimensional elaborado del Silo de Málaga, primer edificio para albergar grano construido en un puerto y que data de 1948. Sobre este estudio asegura: “Estamos teniendo numerosos problemas para encontrar testimonios, ya sean personales como documentales de este enclave y sorprende que no existan ya que tuvo que dar trabajo a muchas personas del entorno”.

Esta línea de trabajo ha permitido estrechar lazos con otros centros educativos de Córdoba y Almería donde también se ofertan estos estudios de posgrado. En estas provincias ponen en valor otro tipo de instalaciones y maquinaria antigua más extendidas en sus territorios: “por ejemplo, en Córdoba se dedican más a estudiar las almazaras e instalaciones dedicadas a la fabricación de aceite”, concluye Blázquez.