La arquitectura es una ciencia necesaria como herramienta de educación porque es el “contenedor” del intercambio del conocimiento. Bajo este axioma pendula el concepto de ‘Campus Didáctico’, un trabajo presentado hoy en la UMA por el arquitecto Pablo Campos Calvo-Sotelo bajo el título: ‘Aula creativa como estrategia hacia la excelencia innovadora’, un proyecto que se enmarca en el Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech.

La rectora, Adelaida de la Calle, presidió la conferencia impartida por Campos en la Escuela de Arquitectura de El Ejido, en la que explicó este estudio estratégico de la Universidad de Málaga. Estuvo acompañada en el acto por los directores de las Escuelas de Arquitectura y Bellas Artes, Santiago Quesada y Salvador Haro, y por el asesor de la rectora para Andalucía Tech, Víctor Muñoz.
 
El campus didáctico se basa en un decálogo en el que destacan las ideas de la planificación estratégica, la unión de los campus con la naturaleza, su conexión con la ciudad y las modalidades innovadoras de enseñanza-aprendizaje. A juicio del autor del proyecto estratégico, una vez adaptadas las universidades españolas al Espacio Europeo de Educación Superior queda por ver si se están preparando los campus para adaptarse a “una metamorfosis de semejante envergadura”.

La respuesta es que no. Esta cuestión no está siendo prioritaria para las administraciones o las propias Universidades, inmersas en una restricción de gastos sin parangón. Pero esto no solo ocurre en España, sino que no hay escrito alguno de los organismos internacionales sobre el espacio físico, ni en su dimensión urbanística (relación con la ciudad), ni arquitectónica (el campus).

Campus didáctico
La forma de afrontar el reto es el “campus didáctico”, una filosofía que podría cimentar el salto de calidad que alimenta el EEES. “La Universidad es vanguardia intelectual, pero también debe ser paradigma arquitectónico, medioambiental y sostenible”, señala el arquitecto Campos Calvo-Sotelo, doctor en Arquitectura, Planificación y Diseño de Campus Universitarios.

Su propuesta aboga por transformar los campus investigando modalidades de aprendizaje alternativas
a la clásica lección magistral. Y estos modernos formatos pedagógicos necesitan unos espacios “didácticos”, ad hoc, que los alberguen. Para ilustrar esta idea el conferenciante proyectó una serie de propuestas innovadoras que ya están en marcha en universidades de Amsterdam o de Estados Unidos.

A su juicio, los modelos arquitectónicos no deben improvisarse, por lo que recomienda actuar en dos niveles: las Administraciones deben dictar sin demora recomendaciones para optimizar la arquitectura docente; y –con más urgencia aún–, las universidades tienen que planificar la reestructuración de sus sedes y edificios.

Para la de Málaga, por ejemplo, propone olvidarse de rigideces espaciales (sustituir la opacidad de las paredes por otras soluciones más transparentes), la habilitación de ‘campus centre’ (espacios de interacción para los alumnos) y de ágoras (lugares de encuentro social), así como dividir Teatinos en pequeños campus más accesibles en los que prime la peatonalización sobre cualquier otra alternativa.

Para ello haría falta un consenso institucional, comunicación, una planificación espacial sin ambages y el desarrollo del Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech. Y todo para llegar a la siguiente máxima: “Cualquier persona, con cualquier profesor, en cualquier lugar y en cualquier tiempo aprenden cosas diferentes”, es decir, cualquier lugar puede potencialmente convertirse en un espacio educativo.