Hasta ahora la aportación de la UMA al vehículo de exploración que la ESA quiere enviar a Marte ha consistido en planificar el recorrido que debe realizar desde un punto a otro, sorteando los obstáculos y optimizando ciertos parámetros, como el consumo eléctrico o la exposición del rover a radiación solar. Para ello los investigadores han realizado simulaciones en laboratorios y terrenos experimentales, tanto en Málaga como en Holanda, sede de la Agencia Espacial.

La próxima misión, dentro de ‘Exomars 2020’, consiste en instalar un brazo robótico en el vehículo que se desplaza sobre la superficie marciana, cuyo objetivo será recoger muestras del suelo para ser enviadas posteriormente a la tierra.