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Una de las cuestiones centrales en Biología del Desarrollo es la determinación de la identidad de las diferentes áreas del encéfalo. Desde las primeras etapas del desarrollo de vertebrados, se distinguen tres regiones en la parte anterior del tubo nervioso: un prosencéfalo que dará lugar, entre otras estructuras, a los hemisferios cerebrales, un mesencéfalo o cerebro medio, y un rombencéfalo o cerebro posterior. Los límites entre estas regiones están bien marcados por límites en la expresión de determinados genes. Se considera al límite entre mesencéfalo y rombencéfalo (el istmo) como un centro organizador que produce una señal fundamental para la determinación de la identidad del mesencéfalo. De hecho, si se transplanta tejido del istmo a la región posterior del prosencéfalo, se induce la formación de un mesencéfalo ectópico situado ³al revés², es decir, como la imagen especular del original. ¿Cuál es la identidad de esa señal producida por el istmo? El misterio acaba de ser probablemente desvelado por un equipo en el que ha participado un investigador español, de la Universidad de Alicante [Crossley et al., Nature, 380, 66 (1996)]. Una proteína llamada FGF8, perteneciente a la familia de los fibroblast-growth-factors, se expresa en el istmo justo antes de la diferenciación del mesencéfalo. Además, partículas embebidas con FGF8 e implantadas en el prosencéfalo del embrión de pollo inducen la diferenciación de un mesencéfalo ectópico, igual que el inducido por el tejido del istmo. La presencia de FGF8 en otras partes del embrión, como los arcos branquiales o los miembros, sugiere que esta molécula podría desempeñar un importante papel como regulador en la morfogénesis.