Criminología y Biología Molecular. Una estrategia para su enseñanza en Secundaria

Juan Carlos Codina Escobar

En un intento de dar respuesta a la diversidad de capacidades, motivaciones e intereses de los alumnos de Secundaria, la L.O.G.S.E. permirte un amplio rango de optatividad, sobre todo en la Enseñanza Secundaria Postobligatoria. Una de las nuevas optativas que ofertan numerosos centros de Secundaria es la Biología Molecular. El creciente auge de esta disciplina y sus múltiples aplicaciones en la sociedad moderna han sido probablemente el determinante para su inclusión en los currícula del nuevo Bachillerato. Pero, qué enseñar de esta asignatura y cómo hacerlo para permitir cierta coherencia e inteligibilidad para alumnos de 17 años es el problema que se les plantea a los profesores encargados de impartirla.
De una forma general, los alumnos de 2º de Bachillerato adolecen de la base conceptual necesaria para poder enseñar en esta asignatura Biología Molecular en sentido estricto. En realidad, bajo tal denominación se engloban contenidos de Bioquímica, Genética y de la propia Biología Molecular. Ello permite dar una visión más globalizada e integrada de los contenidos que se trabajan. Tratando asimismo de dotar de cierta funcionalidad a éstos, una posible estrategia para su enseñanza en esta optativa del Bachillerato L.O.G.S.E., es su relación con la Serología Forense y la investigación policial. Entre los fluidos corporales con relevancia como evidencia de un crimen se encuentra la sangre. Partiendo de estos supuestos, surgió así una Unidad Didáctica para la cual se formularon los siguientes objetivos: Para alcanzar tales objetivos se trabajaron los siguientes contenidos:
CONCEPTOS: PROCEDIMIENTOS: ACTITUDES: Trabajar estos contenidos supone algo más que una mera explicación por parte del profesor, estrategia metodológica que, por otra parte, es necesaria. La metodología a emplear debe ser pues diversa, permitiendo la participación activa del alumnado. Quizás la línea metodológica más efectiva sea seguir la trama de una investigación de un caso de asesinato. Ello permite tanto las explicaciones del profesor como la resolución de problemas y la realización de prácticas en el laboratorio por parte de los alumnos. Entre las actividades a realizar pueden destacarse las siguientes:
  1. Reconocer la presencia de sangre. Ya en el año 1250 a.C., se describe en el manual chino Hsi Yuan Lu un método para detectar manchas de sangre en un cuchillo, calentándolo y tratándolo con vinagre. La hemoglobina reacciona con el ácido acético formando cristales de hematina que aparecen como una mancha de color marrón. Tanto esta técnica como el método de Kastle-Meyer con fenolftaleína pueden ser realizadas fácilmente en el laboratorio. [Bastian B.J., Carolina Tips, 49: 25 (1986)].
  2. Reconocer si la sangre es humana o no. El análisis microscópico y el empleo de antisueros específicos en el laboratorio permiten determinar si los restos de sangre encontrados en la escena de un crimen pertenecen a la especie humana o no.
  3. Estudio bioquímico de los componentes de la sangre. Mediante la explicación y la resolución de problemas se pueden tratar los contenidos relacionados con este punto, fundamentalmente los referentes a glúcidos, lípidos y proteínas plasmáticas, y su función.
  4. Reconocer el tipo de sangre. Tanto mediante el tipado de los sistemas sanguíneos como mediante la electroforesis de proteínas. Este apartado permite una amplia variedad de actividades, tanto problemas de Genà9tica relacionados con pruebas de paternidad como análisis de fotografías de electroforesis de proteínas sanguíneas como la hemoglobina o la 6-fosfogluconato deshidrogenasa.
  5. Estudio de la producción de insulina por métodos y técnicas de Biología Molecular. Aunque no exista una relación directa con la Criminología, puede servir como ejemplo de las técnicas básicas empleadas en Biología Molecular, para posteriormente poder explicar de forma sucinta las pruebas de DNA, que sí manifiestan dicha relación.
La evaluación del proceso de aprendizaje puede basarse en la misma línea empleada en metodología. El suministro de información sobre un asesinato (pistas, sospechosos, etc.) permite la realización de una prueba escrita que valore muchos de los aspectos tratados. Los criterios de evaluación propuestos son:
  1. Poseer los conocimientos básicos de la Unidad.
  2. Saber aplicar de forma razonada tales contenidos en la resolución de problemas de Criminología.
  3. Tipar la sangre humana.
  4. Usar la terminología y vocabulario básicos de las técnicas elementales en Biología Molecular.
  5. Asumir su responsabilidad en la demanda del uso racional de las técnicas de Biología Molecular en experimentación.
No existen muchas diferencias entre un buen detective y un buen científico. Ambos observan, razonan, hipotetizan, comprueban y sacan conclusiones. Convertir a nuestros alumnos en detectives de la Ciencia puede parecer divertido, pero al mismo tiempo es instructivo.

Juan Carlos Codina Escobar es Profesor de Enseñanza Secundaria en el I.B. Sierra Bermeja (Málaga)