Radicales libres de oxígeno y enzimas antioxidantes
Lucía Olalla Martín y José Manuel Matés
Durante el metabolismo aerobio se generan constantemente pequeñas
cantidades de sustancias reactivas de oxígeno (ROS), incluyendo
radicales hidroxilo (.OH), aniones superóxido (O2.-),
y peróxido de hidrógeno (H2O2),
como respuesta a estímulos externos e internos. Estas mínimas
concentraciones de ROS pueden ser indispensables en muchos procesos, como
el sistema de señales intracelulares (que está relacionado
con otros procesos como la proliferación celular y la apoptosis),
la inmunidad, y la defensa contra microorganismos. Sin embargo, altas dosis
o una eliminación inadecuada de ROS dan lugar a estrés oxidativo,
que puede causar graves disfunciones metabólicas y daño a
macromoléculas biológicas. Va a existir, por tanto, una relación
entre los niveles de las enzimas antioxidantes y los tres tipos de moléculas
mensajeras (factores de crecimiento, prostaglandinas y óxido nítrico)
implicadas en la homeostasis celular, es decir, un equilibrio entre el
mantenimiento de las condiciones estáticas o constantes en el medio
interno celular y el nivel de ROS.
Una de las consecuencias del estrés oxidativo es la peroxidación
lipídica, cuya prevención es esencial en todos los organismos
aerobios, ya que los productos derivados de este proceso pueden interactuar
con el DNA y son potencialmente mutágenos. Los epóxidos formados
pueden reaccionar espontáneamente con centros nucleofílicos
en la célula o unirse a los ácidos nucleicos (DNA y RNA).
Esta reacción puede dar lugar a citotoxicidad, alergia, mutagénesis
o carcinogénesis, dependiendo de las propiedades del epóxido
en cuestión. En los organismos aerobios existen una gran variedad
de sistemas de defensa antioxidante tanto enzimáticos como no enzimáticos,
que se coordinan cooperativamente y protegen al organismo de los riesgos
que conlleva el estrés oxidativo. Entre ellos destacan las actividades
enzimáticas superóxido dismutasa (SOD), glutatión
peroxidasa (GPX) y catalasa (CAT); además del ácido ascórbico
(vitamina C), alfa-tocoferol (vitamina E), glutatión (GSH), beta-caroteno,
vitamina A, flavonoides y ácidos fenólicos.
Por otro lado , también existe una relación entre los
niveles de ROS celulares y el incremento ó descenso de las actividades
de las enzimas antioxidantes. La adición de H2O2
causa un incremento, dosis dependiente, del mRNA de catalasa en células
que se encuentran en crecimiento exponencial. Además, también
se detecta un incremento de los niveles estacionarios del mRNA de GPX y
SOD. Se han realizado experiencias en las que se ha observado que una sobreexpresión
de alguna de las enzimas antioxidantes da lugar a un menor daño
oxidativo. Cuando el DNA resulta dañado por radicales hidroxilo
se produce la especie 8-oxo-2´-desoxiguanosina. La sobreexpresión
de Cu/Zn-SOD y CAT causa un retardo en la acumulación de esta especie
durante el crecimiento. Por otra parte, y como ejemplos del efecto protector
de estas enzimas se expresó la catalasa peroxidasa de Cyanobacterium
synechococcus en células animales, y las células transfectadas
resultaron ser más resistentes a H2O2
que las células parentales. También, en otras cepas deficientes
en SOD y CAT se observó un aumento de los niveles de O2.-.
El descontrol de todas estas especies reactivas de oxígeno puede,
por tanto, afectar a diferentes procesos esenciales del organismo, siendo
una de las piedras angulares en la génesis de distintas patologías.
Superóxido dismutasa. Cataliza la reacción de
destrucción de los radicales superóxido mediante su transformación
en peróxido de hidrógeno, el cual puede ser destruido a su
vez por las actividades catalasa o glutatión peroxidasa.
O2.- + O2.-
+ 2H+ -> H2O2
+ O2
Se han identificado cuatro clases de SOD: una de ellas contiene un cofactor
con dos átomos metálicos, uno de Cu y otro de Zn. Las demás
presentan cofactores mononucleares de Fe, Mn o Ni. FeSODs y MnSODs presentan
homologías en cuanto a sus secuencias y estructura tridimensional.
Además poseen residuos quelantes idénticos en el sitio activo.
En humanos existen tres tipos de SOD: la Mn-SOD mitocondrial, la Cu/Zn-SOD
citosólica y la SOD extracelular (EC-SOD).
Mn-SOD es un homotetrámero de 96 kDa que contiene un
átomo de Mn en cada subunidad. El átomo metálico cambia
su estado de oxidación desde Mn(III) a Mn(II), volviendo de nuevo
a Mn(III), durante los dos pasos que constituyen la reacción de
dismutación del O2.-.
La importancia biológica de la Mn-SOD se ha demostrado entre otros
hechos por los siguientes:
-
1) La inactivación de los genes de Mn-SOD en E. coli aumenta
la frecuencia de mutaciones cuando las bacterias crecen bajo condiciones
aerobias.
-
2) La eliminación del gen en Saccharomyces cerevisiae aumenta
su sensibilidad al oxígeno.
-
3) La falta de expresión de la enzima en ratones transgénicos
da lugar a miocardiopatías y elevada mortalidad neonatal.
-
4) El factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) induce selectivamente
el mRNA de Mn-SOD, pero no el de Cu/Zn-SOD, CAT o GPX en tejidos de ratón
y en células cultivadas.
-
5) La transfección de cDNA de Mn-SOD en células cultivadas
les confiere resistencia a la citotoxicidad inducida por paraquat (una
sustancia que induce la generación intracelular de O2.-),
TNF-alfa y adriamicina.
-
6) La expresión de genes humanos de Mn-SOD en ratones transgénicos
los protege de lesiones pulmonares inducidas por oxígeno y toxicidad
cardiaca inducida por adriamicina.
Así pues, aunque el contenido de Mn-SOD en tejidos humanos es aproximadamente
la mitad del contenido de Cu/Zn-SOD, la expresión de Mn-SOD es esencial
para la supervivencia de la vida aerobia y el desarrollo de resistencia
celular a la toxicidad inducida por las sustancias reactivas de oxígeno.
Cu/Zn-SOD (SOD-1) posee dos subunidades idénticas de
unos 32 kDa, aunque a elevadas concentraciones de proteína en E.
coli se encontró una estructura monomérica. Cada subunidad
contiene un cluster metálico, el sitio activo, constituido por un
átomo de Cu y otro de Zn. Mientras que la Mn-SOD existe en todos
los tumores, y la relación de actividades Cu/Zn-SOD/Mn-SOD no difiere
de la encontrada en tejidos normales, los tumores poseen menos Cu/Zn-SOD
que los tejidos metabólicamente más activos. Por otro lado,
la Mn-SOD es esencial para la vida, mientras que la Cu/Zn-SOD no lo es:
los ratones con el gen Cu/Zn-SOD truncado aparentan ser normales y sólo
muestran anomalías después de un daño traumático,
mientras que los que tenían truncado el gen Mn-SOD no sobreviven
más de tres semanas. Por otra parte, la supervivencia de ratones
expuestos al 100% de oxígeno aumentó cuando se les inyectaron
intravenosamente liposomas conteniendo SOD y CAT antes y durante la exposición.
EC-SOD es una glucoproteína tetramérica, que contiene
Cu y Zn. Se ha encontrado en los espacios intersticiales de tejidos y también
en fluidos extracelulares. La EC-SOD no es inducida por su sustrato u otros
oxidantes, y su regulación en tejidos de mamíferos ocurre
en primer lugar de un modo coordinado por citocinas, en vez de como respuesta
de las células individuales a los oxidantes.
Catalasa. Es una enzima tetramérica, con cuatro subunidades
idénticas de 60 kDa dispuestas tetraédricamente y contiene
cuatro grupos de ferro-protoporfirina por molécula. Es una de las
enzimas conocidas más eficientes, tanto que no puede ser saturada
por H2O2
a ninguna concentración, catalizando su conversión en H2O
y O2, para proteger a las células
del H2O2
que se genera en su interior. Con dadores de H (metanol, etanol, ácido
fórmico, fenoles...) presenta actividad peroxidasa.
2H2O2
-> 2H2O + O2
ROOH + AH2 -> H2O
+ ROH + A
Por lo tanto, el H2O2
es catabolizado enzimáticamente en organismos aerobios por la catalasa
y otras peroxidasas. En animales, el peróxido de hidrógeno
se detoxifica mediante las actividades de la catalasa y la glutatión
peroxidasa. Aunque la catalasa no es esencial para algunos tipos de células
en condiciones normales, tiene un importante papel en la adquisición
de tolerancia al estrés oxidativo en la respuesta adaptativa de
las células. La catalasa captura el H2O2
antes de que pueda escapar de la célula y lo convierte en oxígeno
molecular.
Glutatión peroxidasa. Está formada por cuatro
subunidades idénticas, y cada una de ellas contiene un residuo de
selenocisteína, que es esencial para su actividad enzimática.
La GPX comparte su sustrato con la catalasa, pero además puede reaccionar
de manera efectiva con lípidos y otros hidroperóxidos orgánicos,
catalizando la reducción de diferentes hidroperóxidos (ROOH
y H2O2)
usando glutatión reducido (GSH), y así contribuye a la protección
de las células de mamíferos contra el daño oxidativo.
ROOH + 2GSH -> ROH + GSSG + H2O
Se han encontrado al menos cinco isoenzimas de GPX en mamíferos.
Aunque su expresión es ubicua, el nivel de cada isoforma varía
dependiendo del tipo de tejido. La GPX citosólica ó mitocondrial
(GPX1) reduce los hidroperóxidos de ácidos grasos y el H2O2
a expensas del glutatión. La GPX1 y la GPX4 (PHGPX o fosfolípido
hidroperóxido GPX) se encuentra en más tejidos. La GPX4 se
localiza tanto en la fracción citosólica como en la membrana.
PHGPX puede reducir directamente los hidroperóxidos de los fosfolípidos,
peróxidos de ácidos grasos y hidroperóxidos de colesterol,
que se producen en las membranas peroxidadas y en las lipoproteínas
oxidadas. La GPX1 se encuentra predominantemente en eritrocitos, riñón
e hígado, y la GPX4 se expresa mayoritariamente en células
del epitelio renal y en los testículos. La GPX2 citosólica
(o GPX-G1) y la GPX3 extracelular (o GPX-P) se detectan escasamente en
la mayoría de los tejidos, excepto en el tracto intestinal y el
riñón, respectivamente. Recientemente se ha encontrado un
nuevo miembro, la GPX5, que es independiente de selenio y se expresa específicamente
en el epidídimo de ratón.
El ciclo rédox del glutatión es la mayor fuente de protección
contra bajos niveles de estrés oxidativo, pero la catalasa es más
importante a la hora de proteger contra el estrés oxidativo severo.
En células animales, y especialmente en eritrocitos humanos, la
principal enzima antioxidante para la detoxificación de H2O2
es la GPX, ya que la catalasa presenta mucha menos afinidad por el H2O2.
Lucía Olalla Martín es becaria de F.P.I. y José
Manuel Matés es Profesor Titular Interino de Bioquímica en
la Universidad de Málaga