FORO PARA LA PAZ EN EL MEDITERRÁNEO

TRUMP, ¿MISIÓN CUMPLIDA EN ARABIA SAUDÍ?

Por Francisco J. Carrillo Montesinos

Vicepresidente de la Academia Europea y Colaborador del Foro para la Paz en el Mediterráneo.

Dos grandes objetivos parece haber diseñado la visita del presidente Trump a Arabia Saudí: el incremento de la cifra de negocios bilaterales y reforzar la lucha contra el terrorismo yihadista. En relación con el primero, los medios han divulgado que se han firmado contratos entre EE UU y Arabia Saudí por más de 300.000 millones de dólares, de los que 110.000 se reservaron a la venta de armamento diverso. Respecto al segundo, Trump ha aprovechado, junto al rey saudí, para inaugurar un centro antiterrorista. La bilateralidad obliga y EE UU es el primer aliado de Arabia Saudí, solventes ambos en lo que a recursos económicos se refiere.

Hay un hecho que quizá haya quedado relegado a segundo plano, pero que es de suma importancia por sus repercusiones en las guerras del Oriente Medio y la penetración del terrorismo en África: la reunión del Consejo de Cooperación del Golfo a la que han asistido titulares de este Consejo y jefes de Estado árabes invitados hasta sumar 50. Apenas se ha subrayado el hecho de que los participantes en ese consejo (¿consejo de guerra?) eran musulmanes suníes. La mayoría, aunque no todos, brillando por sus métodos nada democráticos. Podríamos decir que se trataba de una ‘rutina diplomática’ de realpolitik. Los sorprendente, aunque estemos curado en salud, es que el presidente Trump aprovechó la ocasión para trazar la línea roja ente ‘el bien y el mal’. Ningún consejero presidencial logró impedirle (quizá estaban en la misma onda que su presidente) que evitase la condena al régimen de Irán, precisamente en los momentos en que el ‘reformista moderado’ Hasán Rohani, chií, acababa de ser elegido presidente de Irán, expresándose de la siguiente manera: «Es la victoria de la inteligencia, la moderación, el progreso contra el extremismo». Lo peor, a mi modesto entender, es que esta condena radical la hace Trump en una cumbre de jefes de Estado suníes. Trump aprovechó la ocasión para calificar al sirio Al Asad de ‘criminal’ (no estaba muy descaminado Trump), apoyado por Irán y por una gran potencia como es Rusia.

De este discurso del presidente de los Estados Unidos ante una cumbre de ‘sus aliados’ árabes sunís, pueden extraerse algunas conclusiones: La primera, si no hay sorpresas, es un claro aviso a Rusia respecto de su apoyo a Al Asad en la guerra de Siria. No es de esperar que Rusia abandone Siria, desmantele su base militar de Tartus en pleno Mediterráneo, se confronta con la estrategia de EE UU en la región y deje caer, de momento, a Al Asad. Rusia ya está equiparando esta base a las USA de Rota/Morón. La segunda reflexión sería en torno a la ‘condena de Irán’ como elemento desestabilizador del Oriente Próximo, a los que añadió Trump: «nunca tendrá el arma nuclear». ¿Denunciará el presidente de los USA el acuerdo firmado, con aval de la Unión Europea, para evitar esa arma nuclear?

El presidente Trump, al tomar distancias de una ‘gran diplomacia multilateral’, creo que ha echado leña al fuego no sólo en el Oriente Medio sino en la confrontación secular entre chiíes y suníes dentro del Islam. Lo que me lleva a una tercera constatación: el incremento de la Guerra Fría entre Rusia y EE UU. La condena a Irán, con un Acuerdo firmado, hace suponer que el país persa se inclinará en su política exterior y de cooperación militar hacia Rusia, lo que a su vez refuerza a Rusia como interlocutor de primer orden en el Oriente Medio y, añadiría, en el Mediterráneo y en la lucha contra el terrorismo. Las acusaciones de Trump a Al Asad sirio (correctas pero tardías) no deben inquietar mucho a Rusia, que buscará una fórmula de recambio, incluso con la oposición democrática a Al Asad. En estas nuevas coordenadas marcadas por Trump no es descartable que el programa nuclear iraní se retome con la cooperación de Rusia que, además, es país vecino.

Cierto es que tanto EE UU como Rusia quieren extirpar de raíz el terrorismo, aunque creo que por caminos diferentes y teniendo en cuenta sus intereses nacionales. Intereses que están estrechamente vinculados a las hegemonías (petróleo, gas, finanzas) que se vayan definiendo en Oriente Medio tras las guerras de Iraq y de Siria.

Pienso que la visita del presidente Trump a Arabia Saudí tiene mucho de consumo interno con los ojos y los papeles puestos en la opinión pública norteamericana y en los problemas que Trump está encontrando en su propio país. Así pues, contratos por más de 300.000 millones de dólares con una sustancial parte de 110.000 para relanzar la industria de armamentos, por una parte, y desafío a Rusia desde el Consejo de Cooperación del Golfo (queriendo demostrar que él no está «en manos de Putín»), fueron los dos grandes objetivos. Sin omitir que no hubo una sola palabra sobre la ausencia de derechos humanos, en particular de la mujer, en la mayoría de los que participaron en ese ‘consejo de guerra’ con ambiciones comerciales bilaterales en plena nueva Guerra Fría. Sí, realpolitik y alejamiento de la multilateralidad.

Diario SUR de Málaga. 26.05.2017

 

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