El Centro Eurolatinoamericano de la Juventud (CEULAJ) de Mollina ha celebrado esta mañana el acto de clausura del XXVIII Certamen de Jóvenes Investigadores. El evento ha congregado a 59 estudiantes en el municipio malagueño desde el 28 de septiembre. Este certamen, organizado por el Instituto de la Juventud (INJUVE) y el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, lleva desde 1988 fomentando el interés por la investigación científica y la actitud crítica entre la juventud en toda España con un gran éxito de participación. A la edición de este año se han presentado un total de 289 proyectos.

Con el fin de promover estos objetivos, el jurado del certamen otorga diversos premios a trabajos relativos a las áreas temáticas de las etapas de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato o Formación Profesional. Emilio Lora-Tamayo, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),  ha encabezado el tribunal de esta edición, del que también ha formado parte la catedrática de Historia Moderna y profesora de la Universidad de Málaga, Marion Reder. Como ha destacado en su intervención Jesús Jordá, director científico del certamen, la ciencia se convierte en “una gran aventura” para mentes tan preparadas como las de estos estudiantes. En tono cómico inauguraba el acto con su propia versión de una de las grandes citas cinematográficas de nuestros tiempos: “Que la ciencia os acompañe”.

De los 40 trabajos finalistas, el proyecto “Una adhesión no deseable. Diseño virtual de inhibidores indólicos y quinoleicos de la VCAM-1 mediante técnicas de química computacional” ha logrado el Premio Especial del Certamen Jóvenes Investigadores, dotado con 6.000 euros. Los estudiantes del Colegio Bell-lloc del Pla de Cataluña, Arnau Cañabate y Eric Vallés, han investigado la efectividad de ciertas proteínas como medicamentos contra la metástasis cerebral. El tutor de este trabajo, Manuel Montoliu, ha recibido además la mención de honor por su destacada labor de fomento de la cultura científica, tecnológica e investigadora en el ámbito de la juventud. A este respecto, José Luis Navas, jefe del Área de Creación de INJUVE, destacaba en su turno de palabra la imprescindible “tarea de catalización” que los profesores realizan con los jóvenes investigadores.

Manuel del Valle Contreras ha recibido el “Premio Especial Universidad de Málaga”, dotado con 2.000 euros, de la mano de María Valpuesta, vicerrectora de Investigación y Transferencia. El alumno del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid es el autor de “Los nadadores nocturnos en la frontera de la vanguardia”, tutorizado por Mercedes Chozas. Este proyecto sobre el enfrentamiento entre las formas clásica y contemporánea de entender la teatralidad es su primera aproximación a la investigación. Manuel, que actualmente estudia Neurociencia y Psicología en la Universidad de Aberdeen (Escocia), considera que “iniciativas tan buenas como el certamen deberían incentivarse desde más temprana edad en los estudiantes”. Por su parte, María Valpuesta ha subrayado durante la entrega la importancia de la carrera investigadora para mejorar la sociedad, ya que “no hay progreso sin investigación”. Asimismo, ha hecho un llamamiento a la importante labor científica y divulgativa que realizan los participantes al certamen.  

Certamen Europeo de Investigadores

El jurado también ha elegido tres proyectos para representar a España en el Certamen Europeo de Jóvenes Investigadores organizado por la Comisión Europea, que tendrá lugar en Bruselas en septiembre de 2016. Los seleccionados han sido: “Estudio de la interacción de un campo magnético con los iones producidos durante la electrolisis de sales”, de Jaime Redondo; “Propuesta de un patrón para medir la funcionalidad de un ecosistema a través de la rapidez de degradación en la materia orgánica”, Mariana Cabaleiro y Xiana Fernández; y “Músculos artificiales de nailon”, Alfonso Mateo Aguarón y Fernando Hercepeña.

Para los organizadores, todos los proyectos suponen una muestra significativa de la investigación que tiene lugar en los centros educativos españoles. Desde su primera edición, la convocatoria continúa celebrándose anualmente con una aceptación muy positiva, ya que, como recogen las bases del certamen, las labores de investigación mejoran el conocimiento de los estudiantes gracias a la incorporación de la experiencia en el proceso de generación de conocimiento.