La ciudad es futuro, un proyecto en movimiento que sirve como base para construir un urbanismo ‘amable’ con sus habitantes, un paisajismo que induce procesos y una arquitectura moldeable y acorde con los gustos y las necesidades de los ciudadanos. Bajo estos axiomas, un grupo de expertos ha participado en el foro que llevaba por título ‘La utopía sobre una arquitectura y una vida mejor en la ciudad contemporánea’, uno de los actos enmarcados en el programa de la semana cultural de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Málaga.

Un arquitecto con décadas de experiencia, Salvador Moreno Peralta; un profesional y profesor de la Escuela, Eduardo Rojas; el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, Raúl López y dos periodistas, Ignacio Lillo (Sur) y Pablo Bujalance (Málaga Hoy) han sentado las bases del debate, organizado en torno a tres patas: la utopía de las ciudades, los mecanismos de la sociedad para mejorar la ciudad y los límites de la arquitectura en contraposición con los intereses políticos y económicos.

Moreno Peralta fue claro: “la ciudad es futuro”, comenzó diciendo, para, a continuación afirmar que “la ciudad siempre es un proyecto; hasta la Alcazaba, en su día, lo fue en la época nazarí”. El arquitecto recurrió a una cita de Schopenhauer para afirmar: “Una ciudad no es lo que ha sido, sino lo que quiere ser”. Por eso se mostró partidario de tener utopías de ciudad, “porque sólo así se generan procesos y se induce a los cambios”.

A juicio de Moreno Peralta, “no se puede dejar la solución de los problemas sociales a la arquitectura”, al entender que muchos de ellos (chabolismo, marginalidad…) son consecuencia de determinadas políticas. “La arquitectura y el urbanismo no son la medicina de los problemas, pero yo sí creo en la educación y en la pedagogía, y es curioso lo mucho que se sabe de determinadas parcelas de la cultura y lo poco que se conoce acerca de la arquitectura, cuando esto es lo que nos envuelve y con lo que nos relacionamos en el día a día”.

Por su parte, el concejal de Movilidad hizo un alegato a la accesibilidad de las construcciones y del urbanismo en general. Él, que se desplaza por la ciudad en silla de ruedas, conoce mejor que nadie los problemas derivados de las barreras arquitectónicas, por lo que pidió a los alumnos y profesionales “que entiendan más el mensaje de la colectividad que el de la exclusividad” a la hora de diseñar espacios.

En este punto, el moderador del debate, Eduardo Rojas, lamentó la ausencia de proyectos públicos a disposición de los profesionales.

Por otro lado, el periodista Pablo Bujalance expuso su punto de vista sobre Málaga desde una posición de ‘paseante’ y se refirió a las ciudades como libros abiertos que no dejan de escribirse. En este punto, se declaró partidario de dejar la redacción de determinados proyectos a gente que no sea de Málaga, afirmación con la que se mostró contrario Ignacio Lillo, quien aseguró que Málaga “es para los ciudadanos de Málaga”, lo que le lleva a rechazar experimentos que los habitantes de la ciudad “no van a aceptar”.

El objetivo que ha movido a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura en Málaga a organizar un foro sobre la ciudad actual, es que sus integrantes, además de ser prescriptores de opinión, construyan y creen pensamiento con el objetivo de mejorar la realidad y expresar el compromiso con la ciudad y la sociedad a la que pertenece la Escuela, según expuso en la presentación el director de la misma, Santiago Quesada.

El encuentro con los estudiantes ha abordado también  aspectos relacionados con la mejora de la vida y la arquitectura en Málaga, los mecanismos para incluir al conjunto de la sociedad en el avance de la estructura urbana y la necesidad de disolver los límites de la Arquitectura, el urbanismo y el Paisajismo en la ciudad ecológica, frente a los intereses políticos y económicos.