El sábado, 11, a las 12 del mediodía se inauguró un mausoleo en el antiguo cementerio de San Rafael en homenaje a los fusilados  en las tapias del camposanto durante la guerra civil y el franquismo. El monumento, con forma de pirámide de mármol blanco, sobre el que se han grabado los nombres de las 4.571 personas que, según pruebas documentales, fueron asesinadas en ese lugar desde marzo de 1937 hasta el año 1957. La pirámide es la parte visible del monumento que alberga en su interior los restos de las 2.840 personas que pudieron ser rescatadas de las fosas abiertas en el cementerio de San Rafael.

En el acto estuvieron presentes muchos familiares (hermanos, hijos, nietos y biznietos) de los fusilados, agrupados en la Asociación Contra el Silencio y el Olvido y por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga y representantes de todas las instituciones que han colaborado en esta acción, única en España por las dimensiones de la exhumación y por la implicación de instituciones de distinto signo político. 

La UMA ha estado representada por la Vicerrectora de Extensión Universitaria, Chantal Pérez, mientras que el alcalde, Francisco de la Torre, ostentó la representación del Ayuntamiento; Rafael Rodríguez, consejero de Turismo, la de la Junta de Andalucía y el secretario general de la Subdelegación de Gobierno, Luis Carlos Abreu, asistió en nombre del Gobierno de la nación. Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno Central han compartido los gastos de la exhumación y construcción del mausoleo, mientras que la UMA ha aportado estudios historiográficos, la dirección de la excavación y la creación de un banco de datos de ADN de todos los cuerpos exhumados y de los familiares para asegurar que, cuando la técnica lo permita, se pueda proceder a la identificación del mayor número posible de restos.

Los trabajos de exhumación han sido dirigidos por el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Sebastián Fernández, y ejecutados por un equipo de profesionales y voluntarios coordinados por el arqueólogo Andrés Fernández. Los trabajos comenzaron en octubre de 2006. De las 18 fosas documentadas aparecieron restos en nueve de ellas: "Cada una es de unos 10x3 metros, y contenía entre 250 y 260 cuerpos, aunque depende de los estratos: algunas tienen cinco, otros seis, otros cuatro…". Los estratos de cuerpos eran cubiertos luego con una capa de cal viva que hierve al contacto con el agua. 

Los trabajos concluyeron con la individualización de todos los restos y con un ingente trabajo de cartografía, dibujo y catalogación de todos los objetos que se encontraron junto a los esqueletos. En total aparecieron los esqueletos de 2.840 personas. Del resto, los 1731 que faltan de la relación documental, no se sabe cual es su destino. La ARMH trabaja con la hipótesis de que fueran trasladados al Valle de los Caídos, después de encontrar un documento que acredita que una carpintería local había recibido en la década de los cincuenta el encargo de preparar varias cajas fúnebres con capacidad de quince cuerpos cada una.

El departamento de Medicina Legal y Forense, por su parte, ha sido el encargado de la creación del banco de datos de ADN. La identificación de restos en un caso de las características de Málaga tanto por las dimensiones (4.571 nombres, 2840 cuerpos recuperados y en torno a 400 familiares), como por el estado de conservación de los restos a causa de la cal viva, es inviable a día de hoy, pero puede que sea posible si la técnica de identificación por ADN sigue mejorando. El banco de datos se ha formado con muestras de todos los familiares y de cada uno de los esqueletos recuperados en la exhumación y se custodiará en el departamento hasta que la técnica permita el cotejo de los perfiles de ADN.

El acto de homenaje fue conducido por Francisco Espinosa, presidente honorario de la ARMH y en él intervinieron los representantes de las tres instituciones que han colaborado en la actuación. El acto honorífico concluyó con la introducción en el mausoleo de una arqueta con recuerdos de los fusilados en los brazos de un biznieto de uno de los fusilados.

Una vez finalizado el homenaje oficial intervinieron representantes de PSOE, IU y CGT, organizaciones que han mostrado su respaldo a la ARMH y varios familiares leyeron poemas y textos en honor a sus seres queridos. Uno de ellos se refirió a la frase “Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas”, que pronunció el anarquista sevillano Melchor Rodríguez en plena Guerra Civil  y que ha sido elegida como epitafio del mausoleo. El texto de homenaje concluye con esta dedicatoria: “La ciudad de Málaga en memoria de aquellos que perdieron su vida en defensa de la libertad y la democracia, cuyos restos reposan en este panteón y otros lugares”.

11-01-2014