Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga, liderados por el profesor José Manuel García Aguilar, ha demostrado la existencia de una fuerte actividad hidrotermal en la región de la hoya de Baza (Granada), durante los últimos millones de años.

El estudio, que acaba de aparecer en la revista Quaternary Science Reviews, publicación de élite sobre las investigaciones del Cuaternario, analiza y documenta toda una serie de evidencias geoquímicas, mineralógicas y estratigráficas que apuntan a la existencia de una fuerte actividad hidrotermal en esta región. De este termalismo, ligado a la evolución tectosedimentaria de la cuenca, quedan hoy en día vestigios en los balnearios de Alicún de las Torres o de Zújar, entre otros.

Es precisamente el hallazgo de tales anomalías ligadas a fenómenos hidrotermales (entre las que se incluye la presencia de celestina, depósitos de azufre nativo, arcillas magnésicas, estromatolitos y formaciones travertínicas) lo que permite explicar toda una serie de aspectos insólitos de la hoya de Baza en el Pleistoceno inferior, como la existencia de un lago que mantenía una lámina de agua permanente durante todo el año. Así, las precipitaciones que recibe hoy día la región representan tan solo 350 mililitros al año, por lo que serían claramente insuficientes para recargar este acuífero cuando la cuenca era endorreica. Esto significa que el lago se habría desecado estacionalmente, como ocurre hoy día en la Laguna de Fuente de Piedra, análogo actual a menor escala del lago de Baza.

Además, las bajas temperaturas invernales habrían supuesto que sus aguas se congelasen en superficie, lo que imposibilitaría la existencia de ciertos elementos de la fauna, como el hipopótamo gigante del Pleistoceno, especie bien documentada en los yacimientos paleontológicos de la región.

Este megahervíboro, cuya masa corporal duplicaba la de la especie actual, tenía una mayor dependencia del medio líquido, al alimentarse de vegetación  exclusivamente acuática. La clave radica en los valores isotópicos recuperados en el colágeno fósil de la fauna de Venta Micena, pues indican que hace un millón y medio de años las precipitaciones en la hoya de Baza, en torno a unos 800 mililitros, eran bastante superiores a las actuales. Este mayor aporte hídrico, sumado al de las aguas termales, cuyas temperaturas de surgencia se sitúan en torno a 36º C, se traduciría en la estabilidad hidrológica del lago, necesaria para la existencia en su entorno de una fauna de marcado carácter subtropical.
Dicho escenario configura lo que se conoce como un hotspot de alta productividad biológica, similar al que se encuentra en la cadena de lagos del África oriental, cuna de la humanidad.

El profesor José Manuel García Aguilar, ha estado acompañado en este estudio por otros profesores de las áreas de Paleontología, Estratigrafía y Botánica de la Universidad de Málaga, como los doctores  Antonio Flores Moya, Antonio Guerra Merchán, Paul Palmqvist Barrena y Francisco Serrano Lozano, junto doctor Bienvenido Martínez Navarro, del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, coordinador de las investigaciones paleontológicas en el proyecto de Orce.


La zona y su estudio

La cuenca de Guadix-Baza, ubicada en el altiplano granadino y rodeada por las cumbres más elevadas de la Cordillera Bética (Sierra Nevada, Sierra de Baza, Sierra de las Estancias, Sierras de Cazorla y de Segura), es una región semidesértica de insólita belleza, cuyo paisaje rememora los últimos reductos del reino nazarí en Andalucía. Sus comarcas atesoran un singular patrimonio histórico y natural, lo que le otorga una dimensión internacional a esta región agreste. Así, en la hoya de Baza se encuentran los yacimientos arqueo-paleontológicos más importantes de la rivera norte del Mediterráneo, sólo comparables a los del legendario Valle del Rift en el África oriental.

En diversos yacimientos de la cuenca situados en las inmediaciones de la villa de Orce, como Barranco León, Fuente Nueva-3 y Venta Micena, tienen lugar actualmente excavaciones sistemáticas, auspiciadas por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en un esfuerzo sin precedentes por poner en valor dicho patrimonio. Estas excavaciones han permitido recuperar las evidencias fósiles más antiguas de presencia humana en Europa occidental, fechadas en un millón cuatrocientos mil años, documentando con precisión el entorno ecológico y paleoambiental de las comunidades de grandes mamíferos en las que se insertaban estos remotos pobladores, desarrolladas en el entorno de un gran lago salobre.


 
*** El dibujo que ilustra la noticia es una reconstrucción paisajística del lago de la hoya de Baza en las inmediaciones de Orce durante el Pleistoceno inferior. Dibujo realizado por Irene Nieto León, licenciada en Ciencias Biológicas por la UMA.