La Universidad de Málaga, a través del Vicerrectorado de Smart-Campus, desarrolla un programa ambiental donde se dan cabidas acciones de formación, sensibilización y divulgación de los pilares de sostenibilidad ambiental y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entre la comunidad universitaria y la sociedad; por esta razón este 2 de diciembre varios alumnos de la universidad realizaron una visita al proyecto Lab Patio 2.12.

Los ODS, mencionados anteriormente, son una iniciativa impulsada por Naciones Unidas para dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio. De los 17 objetivos existentes, este proyecto es un gran ejemplo de desarrollo enmarcado dentro de los objetivos:

La visita, que comenzó a las 11:00 aproximadamente, contó con una charla de introducción al proyecto de la mano de Jorge Barrios y Alberto García, profesores de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UMA.

 

La construcción, situada en la Ampliación del Campus de Teatinos (cerca del edificio de investigación Ada Byron), es un prototipo ideado por alumnos de Escuelas Técnicas Superiores de Sevilla, Granada, Jaén y Málaga, en el caso de la UMA, de la Escuela Superior de Arquitectura, que consiguieron llevarse el segundo premio de la competición internacional Solar Decathlon Europe, celebrada en 2012 en Madrid.

Los objetivos de la competición son el diseño y construcción de un prototipo de vivienda unifamiliar, que intente resolver los problemas existentes en la industria de la construcción actual, soluciones que pasan por un aumento de la eficiencia energética, la resiliencia, la innovación y la inclusión de sistemas inteligentes.

En este contexto el equipo andaluz construyó una vivienda prefabricada modular de bajo coste, energéticamente autosuficiente y que integra sistemas constructivos y espaciales eficientes, esta vivienda que se puede adaptar añadiendo módulos alrededor del patio central, concibiendo un nuevo modo de construir plug and play. Estos módulos además han sido diseñados de forma que no superan las medidas máximas permitidas para su transporte por carretera.

La vivienda además cuenta con una serie de sistemas climatización pasivos basados en aspectos tradicionales de la construcción y cultura andaluza y del mediterráneo, ya que está especialmente diseñada para ser realizada en estos climas. Esta vivienda aprovecha el efecto “botijo”, el cual se basa en emplear cerramientos de cerámica rellena con lana de roca húmeda, de forma que cuando el agua se evapora, absorbe una cierta cantidad de energía que toma del ambiente, disminuyendo la temperatura en el interior. Este sistema además ha sido combinado con un sistema de extracción del aire caliente del interior por medio de una chimenea solar construida con piedra volcánica. En cuanto a los sistemas activos de climatización los módulos cuentan con un sistema de fancoils para obtener un confort total incluso en los días más cálidos o fríos del año.

 

Visita a la casa solar día 2 de diciembre 2019. Fotografía del servicio de comunicación de la UMA. 

Otro de los aspectos fundamentales de la vivienda es la inclusión de paneles fotovoltaicos en cada uno de los módulos adaptados de forma que cada módulo está diseñado para generar la energía que consume, dotado además todo el sistema de unas baterías centralizadas que acumulan la energía producida excedente para su consumo durante las horas nocturnas.

Otro de los sistemas innovadores desarrollados ha sido el empleo de lamas construidas con un compuesto de aluminio y caucho, que simulan la forma de hojas de parra. Estas lamas motorizadas se adaptan a las condiciones de luz natural del día, y permiten la penetración tanto de luz como del calor procedente de la radiación solar.

En cuanto a los materiales de construcción empleados, destacan el corcho, uno de los materiales renovables más sostenible, para los acabados, la madera extraída de bosques de tala controlada empleada para la estructura, o un composite de madera reciclada empleado en el suelo del patio central.

Esta casa ha sido diseñada de forma que en los primeros 35 años de vida habrá generado la cantidad de energía suficiente para compensar su construcción, transporte, montaje y funcionamiento.