“Solo se aprende aquello que se ama”. Con esta frase de Francisco Mora, doctor en Neurociencia y Medicina, inició Yolanda Domínguez Trujillo, profesora del Centro Internacional de Español de la Universidad de Málaga (CIE-UMA), el taller “La neurociencia aplicada a la educación: emoción y aprendizaje”, dentro de las actividades planteadas en el III Congreso del español en Málaga, la conocida Málaga Education Week.

La neurociencia aplicada a la educación se centra en el funcionamiento del cerebro durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, analiza el desarrollo del cerebro humano y su reacción a los estímulos, los cuales posteriormente se transforman en conocimiento. En ese sentido, emoción y motivación están íntimamente ligados entre sí y crear un clima emocional positivo es crucial en el aula. Un entorno en el que se asuma con naturalidad el error, donde se coopere, se participe activamente y donde las expectativas sean siempre positivas —aprender, avanzar, superar una prueba, entre otras—.

Sin embargo, a veces es difícil crear ese entorno ya que los alumnos no conectan entre sí y hay que fomentar la cercanía y empatía del docente con el alumnado. Para ello hay que evitar el estrés en exceso, ligar las emociones con la memoria, usar vídeos, imágenes, música o actividades vinculadas con sus experiencias personales. Todo este tipo de elementos lúdicos ayudan a aprender de forma más fácil y placentera.

La profesora del CIE-UMA, Yolanda Domínguez, propuso a los asistentes del evento distintas actividades pensadas para despertar el interés, la pasión y la motivación y en las que el alumno, en este caso los participantes de las jornadas, se sintieran como protagonistas. “Hay una necesidad de conciliar el conocimiento con entretenimiento, así como el cerebro racional con el cerebro emocional. Lo importante es que todos los alumnos conozcan bien a todos sus compañeros”, subrayó Domínguez.

Entre las tareas propuestas Domínguez presentó la música como hilo conductor de las emociones entre los asistentes, “pues la emoción y la conexión del alumno es fundamental, sobre todo para pensar, hablar de recuerdos pasados, activar la afectividad, motivar a compartir experiencias con el resto del grupo para conocerse mejor”, añadió.

Málaga Educación Week, que ha contado con la colaboración de la Federación Española de Escuelas de Español como Lengua Extranjera (FEDELE), Extenda (Agencia Andaluza de Promoción Exterior), el Ayuntamiento de Málaga, la Universidad de Málaga, la Cámara de Comercio de Málaga, ICEF (Internet Course Finders) y editoriales como Edinumen o Difusión y el Instituto Cervantes con la presentación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) entre otros, ha desarrollado otros talleres relacionados con la aplicación de las nuevas tecnologías en el aula, por qué enseñar cultura en la clase de ELE y mesas redondas donde se han debatido temas como “Español, lengua del futuro” o el “Turismo idiomático”.