El pop malagueño- texto

 

El pop malagueño, un referente musical

Antonio J. Hierro. Desde hace algunos años artistas y grupos musicales malagueños ocupan un lugar privilegiado en el universo del pop nacional. En los setenta el mítico grupo Tabletom abría el camino para la época dorada que, en la actualidad, viven solistas como Pablo Alborán, Pablo López, Vanessa Martín o el flamenco-fusión de Chambao.

Tabletom, nacido en una comuna hippy, se formó con músicos que venían de estilos tan eclécticos como el rock, el flamenco, el funk o el reggae. Con sus letras irónicas y cargadas de poesía callejera, se convirtió en una banda fuera del circuito comercial a la que nunca le importó triunfar. Después de 35 años en activo, y tras la fatídica muerte de su vocalista Rockberto (Roberto González), siguen sin disfrutar del éxito masivo, pero sí del beneplácito de la crítica más exigente y de la consideración de sus colegas de profesión; se han convertido en artistas de culto. En 2015 el documental Todos somos estrellas se encargó de homenajear y recordar la figura de Rockberto como compositor y líder-ideólogo de la banda.

La herencia de la mítica Tabletom se deja notar en la carrera musical de las nuevas voces del pop malagueño. Los cantantes Pablo López o Vanessa Martín reconocen la maestría de Rockberto y, aunque con sus propias inquietudes musicales, también demuestran su talento como compositores. El fuengiroleño Pablo López se dio a conocer a nivel nacional en un concurso de cazatalentos televisivo. Aunque no fue hasta 2013 cuando le llegaría la consagración definitiva, y el aplauso del gran público, con su primer single Vi. Pianista y compositor además de solista, empezó sus coqueteos con el mundo de la música formando parte del grupo Niño Raro, actualmente desaparecido. Su reciente colaboración con el cantante colombiano Juanes, le ha abierto las puertas del mercado latinoamericano.

Vanessa Martín pertenece también a esa nueva hornada de compositores-cantantes procedentes de la capital de la Costa del Sol que han conseguido el favor del público. La cantautora ha compartido escenario con artistas de la talla de Alejandro Sanz, Malú o el mejicano Alejandro Fernández. Su último álbum, Crónicas de un baile, se ha convertido en disco de oro en pocas semanas y ha consolidado su carrera que, sin duda, no ha hecho más que empezar. Según algunos, la clave de su éxito está en mantenerse fiel a su identidad. La malagueña compone letra llenas de sentimiento y sensibilidad. Acompañada siempre de su guitarra, explora nuevos sonidos y matices que enriquecen su arte. Para su última gira ha decidido dar la oportunidad a artistas anónimos para que la acompañen en sus conciertos por todo el territorio nacional.