Dos revistas literarias- texto

 

Dos revistas literarias de Málaga

Eugenia León. En 1926, Altolaguirre y Prados con gran vocación por la imprenta, empiezan a publicar Litoral, revista revolucionaria en aspectos tipográficos, con colaboradores como Gómez de la Serna, Unamuno, Ortega, Lorca, Alberti, Guillén, Cernuda o Aleixandre.

 En 1927, como homenaje a Góngora y reuniendo a todos estos poetas por este motivo, se publica un especial de la revista  dedicado a Góngora con ilustraciones de Picasso, Moreno Villa, Dámaso Alonso, Dalí, Guillén, Aleixandre, Lorca, Alberti o los propios Altolaguirre y Prados .

La relación de Federico García Lorca y Málaga es intensa. Desde su niñez, el poeta granadino pasa los veranos en esta ciudad donde conoce y entabla amistad con los poetas Manuel Altolaguirre y Emilio Prados por el año 1912. Lorca vuelve a Málaga fascinado por el mar y en 1927 se edita en la imprenta Sur de Málaga su poemario “Canciones”, como suplemento de la revista Litoral.

En 1952, sale por primera vez la revista Caracola, que tiene como director a José Luís Estrada y como secretario a Bernabé Fernández Canivell, “Impresor del Paraíso”.

Caracola, al igual que Litoral, tiene un gran impacto en lo referente a la poesía es ese momento, resultando estas dos revistas como verdaderos hitos en su categoría, tanto en lo que se refiere a lo poético como en la tipografía. En la revista colaboran los poetas de la Generación del 27 que en aquel momento - 1952_ han sobrevivido a la guerra.

En cierta ocasión, Vicente Aleixandre se refiere a Málaga como “Ciudad del Paraíso” y gracias al buen gusto tipográfico de Bernabé Fernández Canivel, se deben unas bellísimas ediciones de poesía en la que colabora Juan Ramón Jiménez y otros poetas como Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Cernuda, Rafael Alberti y Pedro Salinas entre otros.

Entre los que publican en la revista Caracola, Vicente Aleixandre deja para nuestra ciudad -sin lugar a dudas- el poema famosísimo dedicado a  Málaga, que se titula Ciudad del Paraíso.

 Dice así:

“Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.

Colgada del imponente monte, apenas detenida

En tu vertical caída a las ondas azules,

Pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,

Intermedia en los aires, como si una mano dichosa

Te hubiera retenido, un momento de gloria,

Antes de hundirte para siempre en las olas amante”.

 

 

Bernabé Fernández Canivell

El libro, “Bernabé Fernández Canivel, Impresor del Paraíso”, se ofrece conforme a la versión revisada que da Aleixandre en Málaga en 1969. El poema “Impresor del Paraíso” se reproduce, según su publicación en Caracola, en octubre del 1954. Los 100 ejemplares no venales que consta esta edición, se terminan de imprimir en la imprenta Dardo, en mayo del 87 y es ofrecido por sus amigos debido a su ochenta cumpleaños en Papeles del Alabren. Málaga 1987. En el libro aparece el poema que Vicente Aleixandre le dedica llamándole “Impresor del Paraíso”

Impresor del Paraíso

Bernabé Fernández Canivell, en Málaga

Pero Málaga siempre.

(…)

Allá el mar con sus espumas,

La plata con sus peces vigilantes,

El oro en lluvia, arena,

Y bajo el pie el acero, espada o río,

Hundiéndose en el mar, con sangre hermosa.

(…)

Oh, Bernabé; pastor

De hojas vivas que salvas,

Que aprestas, que conduces

Hacía la tierra humana,

Desde la orilla fiel, común de un borde.

 

Impresor y gran amigo también de la Generación del 27, grupo caracterizado por buscar la originalidad y el hermetismo - a pesar de que Elliot dice que ningún verso es libre para quien quiere hacer un buen trabajo y por tratar el arte como algo autosuficiente, antirreal y antirromántico, por sus innumerables  metáforas, la escritura de los sueños y el desorden de todas las cosas.

Adiós, Bernabé para siempre.