La eficiencia energética no implica dejar de llevar una vida de confort. Todo lo contrario, lo que se pretende es mejorar la calidad de vida, pero sin perjudicar los recursos y al medio ambiente. 

Desde el Vicerrectorado de Smart-Campus, la Universidad de Málaga lleva a cabo un conjunto de iniciativas y proyectos innovadores cuyo fin es optimizar, en la medida de lo posible, el consumo energético y los recursos hídricos, introducir la práctica del reciclaje y usar fuentes de energía limpia y renovable. Algunos de estos programas, son:

 

  • IRRIGA, permitiría evitar el derroche de agua de riego para los diversos jardines y espacios verdes de la UMA y conseguir un reparto equitativo de los recursos hídricos en función del tipo de suelo, planta y climatología.   

  • FOTOVEL, desarrollo de una estación de recarga de baterías de vehículos eléctricos ligeros (LEVs), alimentada exclusivamente con energía fotovoltaica.  

  • Smart and Secure EV Urban II, permitirá un almacenamiento y distribución más eficiente de la energía renovable generada por las diferentes estaciones fotovoltaicas distribuidas por la universidad.   

  • MAREA Plastic, pretende desarrollar un laboratorio para el reciclaje y reutilización de residuos plásticos generados por la Universidad para, posteriormente, obtener a partir de ellos nuevos productos, todo ello con la implicación y participación de la comunidad universitaria. 

  • UMAcomposta, propone la optimización de biorresiduos en el campus de la UMA y la generación de conocimiento en materia de compostaje, consiguiendo con ello la eficiencia en la clasificación y recogida de los residuos orgánicos generados por las facultades y la reutilización de todos los posibles para la elaboración de compost.

 

¿Qué papel tiene la eficiencia energética en el desarrollo sostenible?

Fundamental para avanzar hacia un sistema energético limpio y sostenible. Como una de las metas fundamentales de este objetivo se encuentra duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética y fomentar la cooperación internacional para la investigación y desarrollo de la tecnología relativa a las energías renovables y la eficiencia energética.
Busca la modernización de las infraestructuras de forma que se promuevan las tecnologías y procesos limpios que sean más eficaces y racionales a la hora de consumir los recursos, entre los que destaca la energía, necesaria y empleada en todos los procesos, desde la fabricación de productos, su transporte o la industria de la construcción.
Entre sus metas relacionadas con la eficiencia energética están proporcionar sistemas de transporte seguros, accesibles y sostenibles, que sean eficientes desde el punto de vista del consumo, reducir el impacto ambiental negativo de las ciudades, a lo que puede ayudar considerablemente aumentar la eficiencia energética del consumo de los ciudadanos, y el apoyo de planes integrados que promuevan el empleo eficiente de recursos en las ciudades.
Entre las metas de este objetivo, relacionadas con la eficiencia energética, destacan la reducción de desechos mediante actividades como el reciclado, el cual conlleva un menor consumo energético que la fabricación de un nuevo producto, promover el desarrollo de la capacidad científica y tecnológica para avanzar hacia una producción y consumo más sostenibles, así como lograr una gestión sostenible y eficiente de los recursos naturales, entre ellos los recursos energéticos.
Entre las metas relacionadas con la eficiencia energética están incorporar medidas relativas al cambio climático en políticas, estrategias y planes nacionales, entre las que se incluyen la reducción del consumo energético per cápita y la mejora de la educación y sensibilización respecto a la mitigación del cambio climático, la cual implica el cambio en los hábitos para optimizar nuestro consumo de energía en los hogares y lugares de trabajo.

 

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2017

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico impulsa la entrada en vigor, a partir del 1 de marzo, del nuevo etiquetado energético de productos modificado por la Comisión Europea para adaptar la clasificación de eficiencia energética a los nuevos métodos de ensayo sobre el consumo de estos aparatos.

El nuevo etiquetado para electrodomésticos elimina las clases energéticas A+, A++ y A+++, volviendo a una escala de clasificación que va de la A a la G. De esta forma, la etiqueta mantendrá siete clases de eficiencia energética.

El reescalado de la clasificación energética dejará espacio a los nuevos desarrollos tecnológicos en las clases más eficientes (A y B), de modo que los productos tecnológicamente más avanzados cuenten con una clasificación adecuada a su eficiencia energética.

¿Qué puedes hacer tú para contribuir a la reducción del despilfarro energético?

· Usa bombillas de bajo consumo (LED) y evita dejarlas encendidas, si no le estás dando uso.

· Asegúrate de no dejar los cargadores de los teléfonos móviles.

· Lava y plancha la ropa, si es posible de una sola vez y así ahorrarás más energía.

· Apagar todos aquellos equipos que no estés usando, ordenadores, televisores, etc.

· Aprovecha al máximo la luz natural en nuestras actividades diarias y así evitar el uso desmedido de la luz artificial.

· Disminuir el uso de nuestros vehículos y optar por otros medios de transporte.

· Mantener bien cerradas puertas y ventanas cuando estés usando la calefacción, aire acondicionado en verano o estufas en invierno.