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La Virgen del Carmen - Texto

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El barrio marinero de El Palo celebra sus fiestas en honor a la Virgen del Carmen

Elena Navarro. El 16 de julio es el día de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, la Estrella de los Mares que cuida de los marineros en alta mar y los guía a puerto. Cientos de pueblos de la costa española, y algunos del interior, celebran esta festividad, como el barrio malagueño de El Palo, que ha llegado a congregar a más de 20000 personas en su playa.

Los actos comienzan a las cinco de la tarde con la procesión de la Hermandad de la Virgen del Carmen del Palo por las calles del barrio, encabezada por los marengos de la localidad que, durante el recorrido, portan los remos de sus barcos y algunas artes de pesca.

Sobre las nueve de la noche llegan a la orilla y Agustín Montañez, marengo y presidente de la Asociación de Pescadores del Litoral Este de Málaga, se hace cargo del peregrinaje de la virgen por el mar. La virgen se embarca en la proa de una jábega, una de las barcas de pesca más antiguas conocidas en España; de origen fenicio, ligera y rápida, avanza propulsada por los marineros a golpe de remo.

Más de doscientas embarcaciones acompañan el peregrinaje por la costa. “El recorrido depende del tiempo”, asegura Montañez.Si es favorable, puede durar más de dos horas y la jábega navegará por la orilla para acercar la virgen a los devotos que están en la playa.

El momento más emocionante es la llegada a Arroyo Jaboneros donde, desde hace unos doce años, se produce el encuentro de la virgen del Carmen del Palo y la de Pedregalejo. “Hacemos varias ciabogas (cambios rápidos en el rumbo de la navegación), levantamos los remos, tocamos las palmas, entregamos un ramo de flores a la virgen y hasta nos cambiamos los remeros de una barca a otra; es excepcional”, afirma Montañez. Y la emoción contagia a los visitantes al entonar la Salve Marinera, himno de alabanza a la hermosura y pureza de la Estrella de los Mares.

Alrededor de las once de la noche las mujeres ataviadas también de marengo, con camisa blanca, pantalón azul marino, fajín rojo y sandalias de esparto, son las encargadas de desembarcar a la virgen y continuar el peregrinaje de regreso a la iglesia. La celebración se prolongará hasta altas horas de la madrugada.

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