La COVID-19 ha alterado miles de millones de vidas, poniendo en peligro la economía mundial.  

A medida que se intensifica la pérdida de empleo, la Organización Internacional del Trabajo estima que cerca de la mitad de todos los trabajadores a nivel mundial se encuentra en riesgo de perder sus medios de subsistencia. Hoy en día, las perturbaciones económicas y financieras derivadas de la COVID-19 están desbaratando el ya de por sí tibio crecimiento económico y empeorando los riesgos acentuados de otros factores. 

La pandemia de la COVID-19 ha provocado una recesión histórica con niveles récord de carencias y desempleo, lo que ha creado una crisis humanitaria sin precedentes cuyas peores consecuencias las están sufriendo los más pobres. 

En abril de 2020, las Naciones Unidas elaboraron un marco para la respuesta socioeconómica inmediata a la COVID-19 como hoja de ruta para apoyar a los países en su camino hacia la recuperación social y económica, apelando a reforzar de manera extraordinaria la ayuda internacional y el compromiso político con el objetivo de garantizar que las personas de todo el mundo tengan acceso a los servicios esenciales y a la protección social.  

Más allá de la respuesta inmediata a la crisis, la pandemia debería ser el impulso para mantener los logros conseguidos y acelerar la implementación de medidas pendientes desde hace mucho tiempo con el fin de encauzar al mundo hacia un camino de desarrollo más sostenible y hacer que la economía mundial sea más resiliente a futuras perturbaciones. 

El Vicerrectorado de Smart-Campus participa en la promoción de puestos de trabajo de calidad mediante la elaboración de cursos, talleres y actividades que cuentan con la participación de empresas externas y asociaciones, con el fin de que su trabajo enfocado a la sostenibilidad sea visible y compartido por el publico en general y con la comunidad universitaria en especial.