FORO PARA LA PAZ EN EL MEDITERRÁNEO

Ricardo Ruiz de la Serna: Los homenajes a etarras

 

COVITE detalla otras formas de enaltecimiento que, tal vez, pasan más desapercibidas fuera del País Vasco, pero que refuerzan el relato que los terroristas, sus amigos y sus simpatizantes tratan de imponer.

Lo ha denunciado el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE): el año pasado hubo 77 actos de enaltecimiento a etarras en el País Vasco. Hubo 34 en Guipúzcoa, 17 en Vizcaya, 16 en Navarra, 6 en Álava y 4 en Francia. Al salir de prisión, algunos de los terroristas regresaron a sus pueblos en loor de multitudes y aclamados por sus vecinos en medio de vítores y aplausos. A José Miguel Gaztelu, condenado a 32 años de cárcel por el secuestro de Ortega Lara, 14 por el del empresario Julio Iglesias Zamora y 178 (sí, han leído bien, 178) por el asesinato de tres guardias civiles, lo recibieron como un héroe en Bergara el pasado 4 de octubre. A Aratz Gómez y a Arkáitz Sáez los esperaron el 28 de octubre en Ascain (Francia) con un escenario, equipo de sonido, bailarines de aurresku y grupos musicales. Ha habido más casos. El mes pasado, doscientas personas dieron la bienvenida a los etarras Ignacio Otaño e Iñaki Igerategi, condenados por facilitar información para el asesinato de Joseba Pagazaurtundua el 8 de febrero de 2003. Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, ha dicho que “el culto al terrorista es el pan de cada día en las calles del País Vasco y Navarra debido a la inacción de las instituciones y a la pasividad de la Justicia”. He aquí lo que está sucediendo hoy en España y, en menor medida, también en Francia.

COVITE detalla otras formas de enaltecimiento que, tal vez, pasan más desapercibidas fuera del País Vasco, pero que refuerzan el relato que los terroristas, sus amigos y sus simpatizantes tratan de imponer. Se trata de las “jornadas de lucha”, que incluyen celebraciones como “el día del inútil”, dedicado a la Guardia Civil, o el “tiro al fatxa”, que consiste en arrojar objetos a imágenes de políticos no nacionalistas.

Cuando, allá por el año 2005, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero negociaba con la ETA, la madre de Joseba Pagaza escribió una carta que leo a menudo. En ella, le decía a Patxi López, líder por aquel entonces del Partido Socialista de Euskadi, palabras de una clarividencia escalofriante. Hay dos párrafos cuya lectura me sigue sobrecogiendo:

“En el segundo aniversario del asesinato de mi hijo Joxeba te hablé en público y en privado, Patxi, porque estaba cada vez más preocupada con algunas palabras y gestos de quienes te acompañan en el partido. Soy mayor, Patxi, tengo 73 años y tú eres muy joven, como lo es el presidente del Gobierno. Por eso me atreví a decirte que pensaras en las cosas que son realmente importantes: la vida y la dignidad. La defensa de la vida y de la libertad y de la dignidad es más importante que el poder o que el interés del Partido Socialista. Y desde luego es más importante que el interés de los socios del Partido Socialista, te lo digo tal y como lo pienso. Sabes muy bien que mi hijo pensaba exactamente así.

[…]

Ay, Patxi, ya sé que no me enseñarás los lugares donde estuve refugiada. Tú me dijiste que mi vida había sido triste. Fui una refugiada de guerra miserablemente pobre, crecí como la hija de un rojo represaliado, no pude votar hasta los 44 años. Y después vino el calvario de nueve años de ver sufrir a mi hijo, que veía llegar su propio asesinato. Se jugó la vida por defender la libertad, no por lo que parece que viene de vuestra mano. Porque, Patxi, ahora veo que, efectivamente, has puesto en un lado de la balanza la vida y la dignidad y en el otro, el poder y el interés del partido, y que te has reunido con

EHAK. Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas. A tus pasos los llamarán valientes.

COVITE detalla otras formas de enaltecimiento que, tal vez, pasan más desapercibidas fuera del País Vasco, pero que refuerzan el relato que los terroristas, sus amigos y sus simpatizantes tratan de imponer.

Lo ha denunciado el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE): el año pasado hubo 77 actos de enaltecimiento a etarras en el País Vasco. Hubo 34 en Guipúzcoa, 17 en Vizcaya, 16 en Navarra, 6 en Álava y 4 en Francia. Al salir de prisión, algunos de los terroristas regresaron a sus pueblos en loor de multitudes y aclamados por sus vecinos en medio de vítores y aplausos. A José Miguel Gaztelu, condenado a 32 años de cárcel por el secuestro de Ortega Lara, 14 por el del empresario Julio Iglesias Zamora y 178 (sí, han leído bien, 178) por el asesinato de tres guardias civiles, lo recibieron como un héroe en Bergara el pasado 4 de octubre. A Aratz Gómez y a Arkáitz Sáez los esperaron el 28 de octubre en Ascain (Francia) con un escenario, equipo de sonido, bailarines de aurresku y grupos musicales. Ha habido más casos. El mes pasado, doscientas personas dieron la bienvenida a los etarras Ignacio Otaño e Iñaki Igerategi, condenados por facilitar información para el asesinato de Joseba Pagazaurtundua el 8 de febrero de 2003. Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, ha dicho que “el culto al terrorista es el pan de cada día en las calles del País Vasco y Navarra debido a la inacción de las instituciones y a la pasividad de la Justicia”. He aquí lo que está sucediendo hoy en España y, en menor medida, también en Francia.

PUBLICIDAD

COVITE detalla otras formas de enaltecimiento que, tal vez, pasan más desapercibidas fuera del País Vasco, pero que refuerzan el relato que los terroristas, sus amigos y sus simpatizantes tratan de imponer. Se trata de las “jornadas de lucha”, que incluyen celebraciones como “el día del inútil”, dedicado a la Guardia Civil, o el “tiro al fatxa”, que consiste en arrojar objetos a imágenes de políticos no nacionalistas.

Cuando, allá por el año 2005, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero negociaba con la ETA, la madre de Joseba Pagaza escribió una carta que leo a menudo. En ella, le decía a Patxi López, líder por aquel entonces del Partido Socialista de Euskadi, palabras de una clarividencia escalofriante. Hay dos párrafos cuya lectura me sigue sobrecogiendo:

“En el segundo aniversario del asesinato de mi hijo Joxeba te hablé en público y en privado, Patxi, porque estaba cada vez más preocupada con algunas palabras y gestos de quienes te acompañan en el partido. Soy mayor, Patxi, tengo 73 años y tú eres muy joven, como lo es el presidente del Gobierno. Por eso me atreví a decirte que pensaras en las cosas que son realmente importantes: la vida y la dignidad. La defensa de la vida y de la libertad y de la dignidad es más importante que el poder o que el interés del Partido Socialista. Y desde luego es más importante que el interés de los socios del Partido Socialista, te lo digo tal y como lo pienso. Sabes muy bien que mi hijo pensaba exactamente así.

[…]

Ay, Patxi, ya sé que no me enseñarás los lugares donde estuve refugiada. Tú me dijiste que mi vida había sido triste. Fui una refugiada de guerra miserablemente pobre, crecí como la hija de un rojo represaliado, no pude votar hasta los 44 años. Y después vino el calvario de nueve años de ver sufrir a mi hijo, que veía llegar su propio asesinato. Se jugó la vida por defender la libertad, no por lo que parece que viene de vuestra mano. Porque, Patxi, ahora veo que, efectivamente, has puesto en un lado de la balanza la vida y la dignidad y en el otro, el poder y el interés del partido, y que te has reunido con

EHAK. Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas. A tus pasos los llamarán valientes.

¡Qué solos se han quedado nuestros muertos, Patxi!

¡Qué solos estamos los que no hemos cerrado los ojos!

Me temo que parte de este texto podría hacerse extensivo hoy a toda España. Aquí y ahora se están produciendo estos homenajes que subrayan hasta qué punto están solos los que no han “cerrado los ojos”. Ella escribía a Patxi López, pero no me parece forzado extender su interpretación a nuestra sociedad y, en particular, a tantos que pudiendo impedir esta ignominia, callan o vuelven el rostro.

Al final, la libertad de expresión y las de reunión y manifestación -que, como todo derecho, tienen límites- se pueden terminar convirtiendo en la última excusa para seguir humillando, insultando y vejando a las víctimas de estos asesinos. Por eso, debemos reaccionar tanto en el plano político como en el social y cultural. Hay que desbaratar este intento de reescribir la historia y secuestrar la memoria de las víctimas. Aquí no puede haber “pelillos a la mar”. Aquí debe haber justicia porque sin ella no puede haber paz ni convivencia ni nada perdurable. No todo está perdido. Hay quienes siguen, como COVITE, resistiendo a la claudicación y el olvido. No debemos “cerrar los ojos”, sino abrirlos más que nunca. Debemos evitar dar a ETA y a sus amigos una victoria sobre el relato, la historia y la memoria.

La Gaceta. 05.03.2018 Homenaje a los etarras, por Ricardo Ruiz de la Serna

Ricardo Ruiz de la Serna ha colaborado con el Foro para la Paz en el Mediterráneo

This entry was posted in Uncategorized. Bookmark the permalink.

Comments are closed.