FORO PARA LA PAZ EN EL MEDITERRÁNEO

La desmemoria del escritor que alimenta el mito

Por Álvaro Soto


Villanueva de los Infantes, Argamasilla de Alba y Mota del Cuervo pugnan por ser el ‘lugar de la Mancha’.
Imaginen por un momento que la primera frase del libro más grande que vieron los siglos fuera esta: «En un lugar de la Mancha llamado…». Y piensen que en los puntos suspensivos Cervantes hubiera escrito Argamasilla de Alba. O Villanueva de los Infantes. O Mota del Cuervo. Pues si eso hubiera ocurrido, uno de los mayores enigmas de la historia de la literatura habría quedado resuelto, pero a la vez, ‘El Quijote’ habría perdido algo de su magia.

Son innumerables los estudios que ofrecen argumentos para señalar a un determinado pueblo como ‘el lugar de la Mancha’, o también para descartarlo. Pero tras una primera criba, tres son los municipios que cuentan con más puntos para hacerse con este honor. Un inciso: un honor que no sería solo simbólico, como la honra de aquellos hidalgos venidos a menos que retrata Cervantes. No: un honor que, en una zona cuya primera industria, gracias al turismo, es el Quijote, supondría millones de euros. Dicho lo anterior, los tres pueblos que aspiran a la gloria literaria son los ya citados Villanueva de los Infantes, Argamasilla de Alba y Mota del Cuervo.

En Villanueva de los Infantes, (Ciudad Real), un cartel que anticipa la voluntad de acabar con todas las dudas recibe al visitante: ‘El lugar de la Mancha’. Tampoco hay dudas de la devoción cervantina del municipio, que en su bellísima Plaza Mayor presenta un conjunto de esculturas que muestra a Don Quijote llamando a gritos a Sancho, y a Rocinante y al burro de Sancho (pobre animal, que se quedó sin nombre) acompañándolos. El pueblo, donde curiosamente está enterrado Quevedo, rival de Cervantes en la época, invoca con orgullo las conclusiones de un estudio que llevó a cabo un equipo multidisciplinar (Geografía, Historia, Filología, Sociología, Matemáticas y Ciencias de la Información) de la Universidad Complutense. En total, 20 expertos (¡20!) que dieron la vuelta a los pueblos de la Ruta del Quijote para encontrar el lugar del que Cervantes no quería acordarse. Pues bien, este estudio, que se prolongó durante una década, concluye que ‘el lugar de la Mancha’ es Villanueva de los Infantes.

El camino de los candidatos continúa en Argamasilla de Alba (también Ciudad Real), que se siente avalada por la historia y por el ‘establishment’ cultural para declararse ‘el lugar de la Mancha’. Así reza (exactamente igual que en Villanueva de los Infantes) un cartel a la entrada del pueblo. Así lo dijo Azorín en ‘La ruta del Quijote’, en 1905. Y así lo quisieron certificar con su presencia los académicos de la Lengua, que celebraron en el pueblo el año pasado su segunda reunión en 300 años de historia fuera de la sede de la RAE, en homenaje a los Académicos de Argamasilla, que en ‘El Quijote’ se reunían en la botica del pueblo y de los que Cervantes se mofaba por sus ínfulas literarias.

Pero a la pugna entre Villanueva de los Infantes y Argamasilla de Alba le ha salido un tercero en discordia. El año pasado, con ocasión del cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de ‘El Quijote’, el investigador conquense José Manuel González Mujeriego publicó ‘Lo que Cervantes calló’, el libro que sustenta la teoría de que Mota del Cuervo (Cuenca) es ‘el lugar’. La obra sostiene que la hermana mayor de Cervantes mantuvo una relación con el sobrino del alcaide de Mota Hernando de Ovando. Este sobrino reconoció a la hija, pero no se casó con la madre. La familia Cervantes no se tomó a bien esta afrenta, según González Mujeriego, de ahí la hipótesis de que el escritor no quisiera acordarse de Mota.

La Rioja, edición de 17 de abril de 2016

 

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