Por Rafael Vidal, Director del Foro para la Paz en el Mediterráneo.
En 1991, en Tribuna Abierta del diario Europa Sur, abogaba por una Conferencia de Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo con sede en Málaga, tendente a “establecer un sistema de convivencia pacífica y armoniosa entre todos los países ribereños del mar Latino y golfo Pérsico”. Continuaba exponiendo que “esta conferencia, a diferencia de la Europea, debe cargar el esfuerzo en la cooperación económica y social, de tal manera que levante el nivel de desarrollo de los estados árabes del Magreb, potencie su estructura industrial, transfiera tecnología asimilable, disminuya el paro, equilibre la potencialidad económica entre los estados árabes ricos y los pobres, y otras series de medidas encaminadas a quitar carga social a la doctrina fundamentalista”, reiterando los argumentos con otra columna publicada en el mismo medio, con fecha 25 de octubre del mismo año.
La realidad se hizo patente pocos años más tarde, con la Conferencia de Barcelona, la Unión por el Mediterráneo, la Iniciativa 5+5, etc., las cuales han dado “parcos” resultados, aunque nos los hayan intentado “vender” como grandes acuerdos entre las orillas del Mediterráneo. La realidad es que la inestabilidad es la constante de esta zona del mundo, azotada por la discriminación, las diferencias económicas y sociales y lo que es más grave: el terrorismo.
Tal vez, si aquel inicio se hubiera realizado en la capital malacitana, más cercana geográfica y sentimentalmente, que Barcelona, hubiera habido avances más significativos, pero la presión nacionalista sobre el Gobierno de España, exigía que todo se ubicara en Cataluña. Los Juegos Olímpicos de la Ciudad Condal de 1992, es una buena prueba de ello.
Veinticinco años más tarde se dilucida la ubicación de la Agencia Europea del Medicamento, con sede actual en Londres, pero que la salida del Reino Unido de la Unión Europea, obliga a buscar una nueva.
La presión nacionalista catalana sobre las instituciones españolas y europeas se acrecienta, solicitando de forma imperiosa que sea Barcelona la sede de la Agencia. Al mismo tiempo que quieren obligar al Gobierno español a que defienda su postura, maniobran de forma anticonstitucional para desgajarse de la Nación Española, con el único propósito de acaparar más y más instituciones de la Unión Europea, con objeto de que sea factible su independencia y al mismo tiempo su ingreso en la UE.
En la década de los sesenta, setenta y ochenta del siglo XIX, Málaga fue la gran sacrificada en aras de que Cataluña mantuviera la calma y frenara sus ansías independentistas (1). La industria malagueña de altos hornos, los más importantes de España con Elorza; las hilaturas y otras industrias, vieron cercenadas sus actividades y Málaga, pionera en la primera huelga general realizada en nuestro país, se convirtió en una ciudad provinciana, casi sin futuro, excepto la pasa y el vino dulce.
Pues bien, ya es hora de reivindicar el papel que le corresponde. Málaga es la capital del Mediterráneo Occidental, capital cultural y museística por excelencia, puerto crucerista, capital de la Costa del Sol, capital de la seguridad y cooperación, y un largo etcétera, siendo reconocida su valía con fórmulas pilotos, a nivel local, para paliar gran parte de los desafíos a los que se enfrentan las sociedades modernas.
La Agencia Europea de Medicamentos es un organismo descentralizado de la Unión Europea que tiene su sede en Londres. Su principal responsabilidad es la protección y promoción de la salud pública y animal, mediante la evaluación y supervisión de los medicamentos de uso humano y veterinario.
La EMA es responsable de la evaluación científica de las solicitudes europeas de autorización de comercialización de medicamentos (procedimiento centralizado). Cuando se utiliza el procedimiento centralizado las empresas presentan a la EMA una única solicitud de autorización de comercialización (2) .
Málaga dispone de una magnífica Universidad y centros de investigación biotecnológica reconocidos internacionalmente, ¿qué impide pues que se le conceda la sede de la Agencia Europea del Medicamento?
Desde estas líneas defendemos esta propuesta y además con el convencimiento que es la mejor de todas las que puedan presentarse.
[1] VIDAL DELGADO, Rafael. Gloria y muerte en Málaga. Una revolución en busca de un Rey y Málaga en el reinado de Amadeo de Saboya. Editados en Málaga en 2007 y 2010, presentan suficientes argumentos sobre ello.
[2] Para más información visitar la web: