FORO PARA LA PAZ EN EL MEDITERRÁNEO

“Hezbolá, de la resistencia a la institucionalización”, por David Garriga

 

Diez años hace desde que el grupo armado denominado Partido de Dios y el Ejército israelí iniciaran una guerra que duraría 34 días y que causó la muerte de decenas de civiles de ambos bandos. Ese año, 2006, y esa guerra fueron un antes y un después para esta milicia libanesa.

Nuestro principal planteamiento en la lucha contra Israel afirma que la entidad sionista es agresiva desde su creación y construye en tierras arrebatadas a sus dueños, a expensas de los derechos del pueblo musulmán. Por lo tanto, nuestra lucha terminará solo cuando esta entidad deje de existir. No reconocemos ningún tratado con Israel, no cesará el fuego ni existirá ningún acuerdo de paz, ya sea por separado o multilateral.
Manifiesto de Hezbolá (1985)

Hezbolá o ‘Partido de Dios’ aparece en el Líbano en el año 1982 como una escisión del grupo armado Harakat Amal —‘Movimiento Esperanza’— en plena guerra civil libanesa, que golpeó el país desde 1975 hasta 1990. Su ruptura con Amal fue principalmente por las diferentes visiones que tenían ambos sobre temas tan importantes como la política y la religión: Hezbolá era más afín a un Estado islámico chií, a imagen del de la Irán de Jomenei, ayatolá iraní y líder político-espiritual de la revolución islámica de 1979.

Este grupo suele presentarse en Occidente como terrorista, aunque, a diferencia de otras organizaciones armadas, Hezbolá mantiene principalmente dos estructuras en su sistema, una político-social y otra armada, para realizar dos funciones principales: la de recordar a Israel que tienen un enemigo que se mantiene al acecho y, por otro lado, ayudar a sus aliados y afines.

Podríamos decir que Hezbolá, en esta primera estructura, es un proyecto político-religioso para el Líbano. Definida como una organización islámica musulmana chií y financiada en parte por Irán, es uno de los ejes de la resistencia antisionista en la región y un actor clave en el mantenimiento de un equilibrio en el territorio, capaz de disponer de una respuesta militar suficiente para enfrentarse a cualquier país y con capacidad de movilización de la población y financiación suficiente para su mantenimiento. Esto lo convierte en una figura de primer orden en la seguridad y estabilidad del país.

La ideología

En 1985 aparece su primer manifiesto público, en el que describe claramente su ideología y objetivos, dirigidos a la implantación de una república islámica en el país, y define como enemigos principales a los Estados Unidos e Israel, cuya expulsión, juntamente con Francia, del territorio libanés demanda.

En 2009 el grupo armado presenta su segundo manifiesto, de apenas 30 páginas, en el cual apuesta por el establecimiento de una democracia mayoritaria y secular. En él desarrolla temas de gobierno, como el sistema político libanés, la cuestión palestina y las relaciones internacionales del país.

El principal problema en el sistema político libanés, que impide su reforma, desarrollo y constante puesta al día, es el sectarismo político. El hecho de que el sistema político libanés fuera establecido sobre una base sectaria constituye en sí mismo una fuerte restricción a los logros de la auténtica democracia, en los que una mayoría electa pueda gobernar y una minoría pueda ejercer la oposición, abriendo la puerta a una auténtica alternancia en el poder entre la coalición progubernamental y la oposición.

Manifiesto de Hezbolá (2009), cap. 2, sec. 3

El cambio significativo lo encontramos en la disminución de su discurso islamista para centrarse más en el interés de integración del grupo en su comunidad, y evita toda referencia a la implantación de la república islámica que nombraba en el primer manifiesto. Por el contrario, mantiene como enemigos de Hezbolá a los Estados Unidos e Israel, con el atentado de 1983 contra los cuarteles de marines estadounidenses en Beirut, en el que fallecieron 241 soldados, como el que le dio más poder, supremacía y liderazgo, tanto en su país como en el resto del mundo.

El papel de la Resistencia es una necesidad nacional mientras las amenazas y ambiciones israelíes continúen. Así pues y en ausencia de un equilibrio estratégico entre el Estado libanés y el enemigo, la amenaza israelí obliga a Líbano a adoptar una estrategia defensiva que depende de una resistencia popular que participe en la defensa del país y de un ejército que preserve la seguridad del mismo, en un esfuerzo complementario que ha demostrado tener éxito en la fase anterior.

Manifiesto de Hezbolá (2009), cap. 2, sec. 2

Mediante la ayuda de diferentes países, entre ellos Siria e Irán, el grupo armado libanés ha conseguido mantener su acción bajo diferentes dimensiones, que abarcan desde la más política y social a la puramente armada y combativa. De todas ellas podríamos destacar tres.

Hezbolá como actor político

No es hasta primeros de los años noventa que el grupo armado se presenta a las elecciones nacionales del país. Con un discurso a favor del sistema islámico y muy crítico con la corrupción, fue ganando escaños en la cámara parlamentaria. Actualmente, Hezbolá cuenta con 27 escaños en el Parlamento libanés y cinco ministerios: Finanzas, Obras Públicas y Transporte, Industria, Juventud y Deportes y el ministerio de Estado para Asuntos Parlamentarios.

Hezbolá como actor social

McCarthy y M. N. Zald definen los movimientos sociales como “una acumulación de opiniones y creencias dentro de la población que representan y establecen prioridades para cambiar algunos de los elementos de la estructura social o de la distribución del bienestar social”. Cuando estamos frente a movimientos sociales fundamentalistas que llevan un mensaje ideológico, el individuo es la clave para el cambio social.

En este aspecto, el grupo armado ha compensado las atribuciones económicas y de servicios del Gobierno libanés hacia sus ciudadanos chiíes. Su asociación no gubernamental Yihad al Bina (JBDA por sus siglas en inglés), creada en septiembre del 1988 y dirigida a mitigar las consecuencias de la guerra civil del país principalmente en los barrios de mayoría chií, basa sus objetivos en diferentes proyectos de reconstrucción de infraestructuras —hospitales, escuelas, centros culturales, clínicas públicas…— con el fin de elevar el nivel social de la población, proyectos de vivienda —mediante la construcción de pozos de agua y reconstruyendo edificios, instalaciones de agua y red eléctrica, canales de riego, alcantarillado…— y proyectos de ayuda a los refugiados para encontrar un lugar donde establecerse.

Hezbolá como milicia

Este grupo armado es visto por varios países como un movimiento de resistencia frente a la ocupación israelí. Y no tan solo desde el exterior, sino también por los propios ciudadanos del Líbano. Durante el conflicto entre Israel y el Líbano en 2006, conocida como Guerra de Julio en el país libanés y Segunda Guerra de Líbano en Israel, el apoyo de la sociedad libanesa a Hezbolá superaba el 80% de la población.

Mientras que el partido de Dios es considerado claramente como grupo terrorista en su totalidad por Estados Unidos, Canadá, Francia e Israel, entre otros países, la Unión Europea mantiene una visión menos clara y define como terrorista solo al brazo armado de Hezbolá. A día de hoy, este grupo armado cuenta con más de 40.000 milicianos, mejor preparados y armados que el propio Ejército libanés.

En 2013 decide participar como aliado de Bashar al Assad, socio de Irán y principal apoyo financiero y militar de Hezbolá contra los grupos terroristas de etiología yihadista y sus filiales, temeroso de la expansión del grupo terrorista ISIS en Siria e Irak. Capaz de reforzar y ayudar a los ejércitos sirios sin perder el control de la situación que mantenía en el Líbano, ha reforzado su presencia en el país vecino y ha adquirido experiencia en un campo de batalla extranjero; en concreto, ha realizado un papel muy importante en su frontera con Siria frenando la expansión de ISIS hacia tierras libanesas.

Parte de la supervivencia del grupo armado libanés vendrá condicionada por los resultados que se obtengan en la guerra de Siria y cómo se resuelva la permanencia de Bashar al Assad una vez finalizada. La victoria de este, protector de Hezbolá, hará que este grupo armado sea más resistente y fuerte que nunca.

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