El primer condenado por autoadoctrinamiento en España. Un hispanomarroquí captado a la antigua usanza. Un yihadista criado en Madrid. Y una familia acusada de querer enviar a sus hijos a pelear en Siria. En el viaje a la radicalización, fueron seducidos por una versión del mundo en blanco y negro. Buenos, malos. Fieles, infieles. Un mensaje amplificado por Internet y la propaganda del ISIS. Así fabrican los extremistas a sus soldados para la yihad 3.0. Y así trata de frenarlos el Estado.