V Encuentros Internacionales del Mediterráneo


CONVIVIENDO CON LA ARQUEOLOGÍA: LAS CAPITALES DE LAS GRANDES POTENCIAS MEDITERRÁNEAS EN LA ANTIGÜEDAD, UNA MIRADA ALTERNATIVA
Mazarrón, 4, 5 y 6 de Marzo de 2016
El Mediterráneo, eje vertebrador del devenir de las poblaciones asentadas en su litoral, ha propiciado la formación de una cultura propia, tejida a las orillas de las grandes concentraciones de población que jalonan sus costas y, muy especialmente, de las consideradas capitales de las grandes potencias de la Antigüedad. Buena parte de ellas se ubicaron en la misma línea de costa o en sus inmediaciones, constituyéndose muy pronto en polos de atracción de poblaciones foráneas llegadas a sus puertos, escenarios indiscutibles de la configuración de esa cultura marítima revelada en el tiempo como patrimonio identitario de todas ellas y de sus gentes.
Propiciadoras y gestoras de buena parte de los factores socio-ideológicos, tecnológicos y económicos imbricados en el desarrollo de las potencias delas que fueron enseña, sus paisajes urbano y periurbano han ido transformándose a lo largo de milenios, a la par que ha mudado la geopolítica de cada una de sus tres grandes cuencas, o de todas ellas como un unicum según épocas. La población contemporánea a cada época histórica vivió, disfrutó o sufrió, de primera mano los cambios estructurales que ello conllevaba y es probable que esas vivencias fueran conscientemente deudoras del tiempo pasado y recordado por diversidad de fuentes, a la vez que confiadas en futuros solo imaginados. En cualquier forma, el permanente diálogo entre la ciudad, su gente y sus ¿otras¿ muchas gentes itinerantes, ha sido, es, una realidad de la que se ha nutrido la escenografía de las diversas ¿ciudades¿ superpuestas en capitales como Roma, Atenas, El Cairo, Alejandría, Cádiz, Carthago, Ampurias, Carthago Nova, Bizancio, etc. El registro de esas transformaciones ha quedado fosilizado en metros de historia bajo sus solares actuales o espacialmente integrado en sus entornos ya primigenios ya actuales, en una atmósfera vivencial en el que la interlocución con el escenario urbano contemporáneo se ha de entremezclar necesariamente con aquéllos ya pasados al descubierto, a veces constatados a veces intuidos e incluso solo imaginados, como espacios que mediante su valorización patrimonial forman parte igualmente del dialogo ciudadano actual de estas grandes ciudades. De ahí que dicha temática constituya un necesario foro de reflexión de innegable actualidad.El Mediterráneo, eje vertebrador del devenir de las poblaciones asentadas en su litoral, ha propiciado la formación de una cultura propia, tejida a las orillas de las grandes concentraciones de población que jalonan sus costas y, muy especialmente, de las consideradas capitales de las grandes potencias de la Antigüedad. Buena parte de ellas se ubicaron en la misma línea de costa o en sus inmediaciones, constituyéndose muy pronto en polos de atracción de poblaciones foráneas llegadas a sus puertos, escenarios indiscutibles de la configuración de esa cultura marítima revelada en el tiempo como patrimonio identitario de todas ellas y de sus gentes.
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