CRIMINOLOGÍA Y DEPORTE (CDPT)
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Criminología y Deporte es una línea de investigación que aborda tanto la prevención como la intervención en y con el deporte.
Se parte de una convicción clara: el deporte, además de ser una práctica recreativa y competitiva, constituye un instrumento de transformación social.
Por un lado, desde el grupo de estudio sobre Criminología y Deporte se pretende:
- analizar conductas antisociales y delictivas en el ámbito deportivo, como la violencia, el racismo, la discriminación o las dinámicas delictivas asociadas a organizaciones deportivas.
- Al mismo tiempo, el grupo se orienta a la búsqueda de soluciones que promuevan una resolución prosocial de los conflictos en el ámbito deportivo, apostando por estrategias que favorezcan la mediación, la educación en valores y la promoción de entornos seguros e inclusivos.
Esta doble labor —analítica y preventiva— permite no solo identificar los desafíos existentes, sino también contribuir activamente al diseño de políticas públicas, programas de prevención y modelos de intervención efectivos.
Además, también se impulsa el desarrollo de proyectos que utilizan el deporte como herramienta de reajuste social, ya que la transversalidad del deporte y la interdisciplinariedad de la Criminología permiten un trenzado idóneo de factores capaz de generar estudios de muy diversa índole. En este sentido, la confluencia entre Criminología y Deporte no solo abre nuevas posibilidades de investigación, sino que también permite la construcción de prácticas concretas orientadas a la justicia social, la prevención de la violencia y la promoción de la convivencia en contextos diversos.
Por otro lado, esta línea de investigación también se apoya en el poder del deporte como medio para resolver conflictos y prevenir conductas violentas que pueden ocurrir en entornos ajenos al deporte.
Diversos estudios han evidenciado que el deporte, especialmente en entornos organizados y con enfoque psicoeducativo, puede fomentar habilidades socioemocionales como la empatía, la autorregulación emocional y la cooperación. Estas competencias no solo contribuyen a reducir los niveles de agresividad, sino que también funcionan como estrategias terapéuticas brindando espacios de descarga emocional y reconstrucción del vínculo social.