El curso universitario, que se abre en unas semanas, estará condicionado por la pandemia y las medidas de seguridad que se deben adoptar para evitar en lo posible los contagios. La Universidad de Málaga, como el resto de instituciones educativas, se prepara para una vuelta de los alumnos a las clases, suspendidas hace seis meses, con todas las medidas de seguridad. Entre otras cuestiones higiénico-sanitarias, los protocolos establecen como norma el distanciamiento social, o el uso obligado de mascarillas en los edificios y en todo momento.

Ya en julio la UMA aprobó un modelo de docencia mixto, alternando la presencia física de los alumnos en las aulas con las clases a distancia. Al contratio de lo que sucedió en los meses de confinamiento, cuando muchos profesores se limitaron a pasar material por el campus virtual, ahora las instrucciones del Rectorado son claras: "La virtualización de la docencia no puede ser solo dejar material. Consistirá -afirmó el vicerrector de Estudios, Ernesto Pimentel- en sesiones síncronas o en tiempo real, o bien otras actividades formativas, pero en las que haya un 'retorno' o interacción con el estudiante".

En función del número de alumnos por grupo y de la capacidad de las aulas, cada centro ha organizado los grupos, dividiéndolos en muchos casos para que una parte acuda al aula y la otra se quede en casa siguiéndola a distancia. En la mayoría se ha establecido un sistema alterno, por semanas. Aunque en el caso de los másteres, con menor número de alumnos, en la mayoría se podrá dar toda la docencia presencial.

Durante este verano los centros se han preparado para este nuevo escenario de docencia bimodal. En las aulas de diferentes escuelas y facultades se han instalado 317 cámaras de vídeo, con sus correspondientes micrófonos, que harán posible la emisión en directo. En otros casos se han adquirido cámaras digitales de documentos (37) y tabletas digitalizadoras (62), que llevan a la pantalla lo que el profesor escribe en la tableta. Un despliegue tecnológico que ha estado diseñado y supervisado desde el servicio de Enseñanza Virtual y Laboratorios Tecnológicos de la UMA.

Uno de los centros que ultima la instalación de equipos de vídeo es la Facultad de Ciencias de la Comunicación. En este caso se han puesto cámaras en todas sus aulas. Según la decana, Inmaculada Postigo, se han dividido los grupos para que queden 20 o 22 alumnos en la clase presencial, y el resto la seguirán desde casa, a la misma hora. Los grupos irán turnando por semanas, en las que recibirán presencialmente todas las clases. Si el profesor, por cualquier cincunstancia, no puede ir a clase, dará las explicaciones desde su casa y se proyectarán en el aula. "Así evitamos que los alumnos estén fuera de clase, o tenga que ir y venir porque un profesor ha faltado", explicó. La facultad también tendrá controlado el aforo, con códigos QR, y se conocerá en cada momento qué alumnos han estado en la clase, lo que facilitaría el rastreo de los contactos en caso de algún positivo. Las clases teóricas tendrán un máximo de 22 estudiantes, y en las prácticas serán unos 10 alumnos, señaló Inmaculada Postigo. En los platós y otros laboratorios se han puesto cámaras móviles, de manera que se puedan seguir en todo momento las explicaciones de los profesores.

Nuevas instrucciones

Los protocolos de Salud se van actualizando y la última se refiere a la necesaria ventilación de los espacios. Según explicó Ernesto Pimentel, desde julio los centros cuentan con señalización para distribuir los flujos de movimiento o dispensadores de hidrogel en las aulas. Los estudiantes recibirán en los próximos días unas instrucciones en las que se les informará sobre cómo y en qué condiciones podrán acceder a los centros universitarios.