Hegel y la Filosofia del Derecho | Grupo de investigación sobre el Idealismo alemán (HUM 0172)

Hegel y la Filosofía del Derecho



VII CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESTUDIOS SOBRE HEGEL
HEGEL Y LA FILOSOFÍA DEL DERECHO
Universidad de Málaga, 13-15 octubre 2021


La Sociedad Española de Estudios sobre Hegel se complace en anunciar su VII Congreso Internacional para conmemorar los dos aniversarios hegelianos que jalonaron 2020: el 250 aniversario del nacimiento de G.W.F. Hegel y el 200 aniversario de la publicación de la “Filosofía del Derecho”.

El Congreso tendrá lugar en la Universidad de Málaga, los días 13, 14 y 15 de Octubre de 2021, con el tema general: “Hegel y la ‘Filosofía del Derecho’”.

El objeto del VII Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios sobre Hegel es explorar —en los planos histórico, teórico y práctico— las Líneas fundamentales de la Filosofía del Derecho (1821), así como sus antecedentes, y sus consecuencias, tanto en la historia de la filosofía como en el resto de las ciencias humanas y sociales. Y es que Hegel elabora la primera gran sistematización de los elementos constitutivos de las sociedades humanas, de su formación y sus dinámicas, por lo que el interés de la filosofía del Derecho hegeliana no se restringe a la Filosofía y/o al Derecho, sino también a la antropología cultural, la sociología, la economía, la politología, la teoría e historia de las instituciones, etcétera.

El Derecho no es tan sólo una realidad racional, es decir, inteligible, sino que además expresa la plena conciencia y madurez de los grupos humanos acerca de sí mismos, de sus ideales y valores que plasman y proclaman en sus constituciones políticas. El Derecho es pues, además de una realidad racional, la reflexión racional de un grupo humano sobre sí, de su espíritu como pueblo humano determinado y diferenciado, y de las decisiones voluntarias que lo constituyeron, organizaron y lo mantienen unido como tal. Y por ello, a nivel del Derecho lo real es racional, sí, como en el universo físico, pero también lo racional —la reflexión y la voluntad— se hace realidad. Por eso, en el nivel del Derecho se supera el dualismo entre lo real y lo ideal, porque los ideales —eticidad— son el fundamento intrínseco de la realidad que los grupos humanos se dan libre y conscientemente a sí mismos, y por la que organizan su vida para atender desde la libertad del espíritu a las necesidades que les plantea la naturaleza.

El ser humano no es una mera singularidad aislada. Los seres humanos para vivir y habitar las diferentes partes del planeta Tierra han de vencer la recíproca exterioridad de sus singularidades, de forma que se agrupan en una serie de procesos históricos que transcurren desde el grupo social elemental y mínimo —la familia, el clan, las relaciones de parentesco— hasta las organizaciones estatales, pasando por los sistemas éticos, y jurídicos que se articulan ordenadamente para regular y atender el sistema de necesidades de ese grupo. Al habitar así la Tierra generan un conjunto de expresiones objetivas, que se autonomizan, y que son comunes a todas las singularidades de esos grupos, y que Hegel denominó «espíritu objetivo». Éstas a su vez son interiorizadas por cada nuevo ser humano que viene al mundo en ese grupo constituyendo así un ingrediente esencial de la autoconciencia de los individuos de ese grupo, y de la cohesión del grupo en cuanto tal.

En las Líneas fundamentales de la Filosofía del Derecho Hegel acomete la tarea de pensar el proceso de formación, organización y dinámica de los diferentes niveles de la sociedad humana. Investiga así la conciencia que los grupos humanos adquieren de sí, y de las instituciones con las que deciden voluntaria y reflexivamente organizar colectivamente la atención a sus necesidades (políticas, económicas, educativas, jurídicas, defensivas, etc.), que finalmente se plasman reflexivamente en su constitución política en el nivel del Estado. Las constituciones políticas pues, al asumir la entera vertebración institucional de los Estados, adquieren plena conciencia del espíritu de ese grupo humano, de ese pueblo —Volkgeist—.