La profesora de Análisis Geográfico Regional de la UMA, Ana Luque Gil, ha ofrecido este jueves 18 de febrero, en el Ateneo de Málaga, la conferencia 'Una apuesta por la diversificación turística de la ciudad de Málaga', en la que ha repasado la evolución y la transformación que ha experimentado la capital hasta convertirse en destino turístico con personalidad propia.

 

En su intervención, que se enmarca en el ciclo organizado por la Facultad de Turismo con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario, esta docente ha distinguido tres fases en ese proceso de cambio y en el que ha pasado de ser una mera contenedora de recursos básicos a transformarse en una ciudad turística de primer orden, gracias a la diversificación de productos y su apuesta decidida por la cultura, que le ha valido el lema 'Málaga, ciudad de los museos'.

 

Luque ha explicado que desde el siglo XIX hasta la década de los 50 del siglo XX, Málaga era una referencia por sus recursos culturales y por un clima que la convirtieron en una ciudad “ideal” para el tratamiento de enfermedades crónicas. “No en vano y en un intento por iniciar esa transformación se abre el hotel Príncipe de Asturias (hoy el Miramar, que abrirá en breve) y los Baños del Carmen, que se sumaron a la apertura de la hostería de Gibralfaro (hoy el Parador) y la promoción de la feria y la Semana Santa”.

 

Ya en los años 50 y prácticamente hasta finales del pasado siglo, a Málaga le acompañaría siempre la coletilla 'Capital de la Costa del Sol', “pues en esta fase el escaso desarrollo turístico de la capital va de la mano del de la costa”, ha puntualizado Luque, quien ha mostrado un vídeo sobre el despunte turístico de la costa en los años 60 y en el que apenas se le dedican algunos fotogramas a la capital.

 

Para esta profesora, es en el arranque del presente siglo cuando se produce la creación del destino turístico ciudad de Málaga, con una clara diversificación de productos, que ha ido acompañada de nuevos planes estratégicos y un auge de la oferta cultural. “El segmento de sol y playa se convierte en un producto de menor importancia y otros, como el cultural, se empieza a trabajar mucho, junto con una apuesta “brutal” por la oferta museística.

 

Acompañada por el vicedecano de Ordenación Académica de la Facultad de Turismo de Málaga, Andrés Aguayo, y el historiador y vicepresidente del Ateneo, Fernando Arcas, esta profesora de la Universidad de Málaga ha dejado constancia de las oportunidades que se abren para la ciudad desde el punto de vista económico, del empleo, de la rehabilitación del patrimonio, de la mejora de las infraestructuras y de la creación de una marca turística de calidad, entre otras.

 

Sin embargo, advierte de una serie de riesgos, que pueden llevar al destino al declive, como la pérdida de identidad, los problemas de masificación, las tensiones entre residentes y visitantes, la disminución de la calidad de vida, el aumento incontrolado de turistas como clave del éxito o una apuesta focalizada en determinadas áreas en detrimento de otras zonas de interés patrimonial y cultural pero no incluidas en el principal circuito turístico.