Día Mundial del Sida
Día Mundial del SIDA 2023. Que lideren las comunidades
Para resaltar la importancia de las comunidades en la respuesta a la infección por el VIH, pero también en la salud mundial en general, el tema escogido este año es: «Que lideren las comunidades».
El Día Mundial del Sida brinda la oportunidad de reflexionar sobre los progresos realizados, concienciar sobre las dificultades que aún quedan por superar para alcanzar el objetivo de poner fin al sida en 2030 y conseguir que todas las partes interesadas redoblen sus esfuerzos para que la respuesta a la infección por el VIH llegue a buen puerto.
Las comunidades que viven con el VIH y se ven afectadas por él, las redes de personas de poblaciones clave y los líderes juveniles han sido, y siguen siendo, esenciales para avanzar en la respuesta al VIH. Proporcionan servicios esenciales de apoyo a la prevención, las pruebas y el tratamiento, generan confianza, generan soluciones innovadoras, promueven la salud, supervisan la implementación de políticas y programas y exigen que los proveedores rindan cuentas.
El mundo puede acabar con el SIDA si las comunidades marcan el camino. Es por eso que el tema del Día Mundial del SIDA este año es “Dejemos que las comunidades lideren”, y mucho más que una celebración de los logros de las comunidades, es un llamado a la acción para capacitar y apoyar a las comunidades en sus roles de liderazgo.
Día Mundial del SIDA 2022. ¡Igualdad Ya!
A pesar de que el VIH sigue siendo un grave problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo, la respuesta mundial para hacerle frente está en riesgo. En los últimos años se han estancado los avances hacia los objetivos propuestos en relación con el VIH, los recursos se han reducido y, en consecuencia, millones de vidas corren peligro.
La división, la disparidad en el trato y el desprecio por los derechos humanos son algunos de los factores que han permitido que el VIH se haya convertido en una crisis mundial de salud y que lo siga siendo a día de hoy.
El 1 de diciembre, la OMS se une a sus asociados para conmemorar el Día Mundial del Sida 2022 bajo el lema «iIgualdad Ya!». La OMS hace un llamamiento a los líderes mundiales y a los ciudadanos para que reconozcan y combatan con valentía las desigualdades que obstaculizan los avances dirigidos a poner fin al sida, y para que garanticen un acceso igualitario a los servicios esenciales relacionados con el VIH, en particular para los niños y los grupos de población clave y sus parejas sexuales: los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero, los consumidores de drogas, los trabajadores sexuales y los reclusos.
Renovar nuestro compromiso para acabar con el VIH. La persistencia de las desigualdades económicas, sociales, culturales y jurídicas, así como los retos planteados por la pandemia de COVID-19 y otras crisis mundiales, exigen renovar los esfuerzos dirigidos a mantener la visibilidad al VIH y poner fin al sida como amenaza para la salud pública.
Poner el acento en la igualdad. Todavía existen desigualdades en los servicios más básicos, como las pruebas diagnósticas y el tratamiento. Debemos garantizar que todas las personas, en todas partes, tengan el mismo acceso a la prevención, las pruebas diagnósticas, el tratamiento y la atención en relación con el VIH. Es necesario adaptar los servicios de salud para que lleguen hasta las poblaciones más expuestas y afectadas y den respuesta a sus necesidades, lo que incluye aplicar una política de «tolerancia cero» ante la estigmatización y la discriminación en todos los servicios de salud.
La prueba de fuego de la eliminación: los niños y las poblaciones clave. La OMS recomienda prestar una atención renovada a las poblaciones que se han quedado atrás en la respuesta mundial contra el VIH y el sida. Tan solo el 52% de los niños con VIH reciben tratamientos que salvan vidas. En cuanto podamos mostrar avances en la prevención de nuevas infecciones entre los niños y estemos en condiciones de garantizar que todos reciban tratamiento con antirretrovíricos de calidad, habrá más esperanza y lograremos que aumente el compromiso político para poner fin al sida en todas las poblaciones para 2030. A escala mundial, el 70% de las nuevas infecciones por VIH se producen entre personas marginadas y a menudo criminalizadas. Solo podremos acabar con el sida si ampliamos los servicios relacionados con el VIH, eliminamos las barreras estructurales y acabamos con la estigmatización y la discriminación de las poblaciones clave en todos los países.
Poner fin a las desigualdades. Poner fin al sida. Poner fin a las pandemias.
En este Día Mundial del Sida, ONUSIDA pone de relieve la urgente necesidad de acabar con las desigualdades que impulsan el sida y otras pandemias en todo el mundo. Sin una acción audaz contra las desigualdades, el mundo corre el riesgo de no alcanzar los objetivos de acabar con el sida para el año 2030, así como de sufrir una prolongada pandemia de la COVID-19 y una crisis social y económica cada vez mayores.
Justo cuando han pasado cuatro décadas desde que se dieron a conocer los primeros casos de sida, el VIH sigue amenazando al mundo. El mundo ahora está lejos del camino para llegar a hacer realidad el compromiso compartido de acabar con el sida para el año 2030, pero no debido a una falta de conocimientos, capacidad o medios, sino a las grandes desigualdades estructurales que obstaculizan las soluciones que está demostrado que funcionan en lo relativo a la prevención y el tratamiento del VIH.
Si queremos poner fin al sida para 2030, debemos acabar urgentemente con las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales. Aunque existe la percepción de que un momento de crisis no es el más adecuado para priorizar el tratamiento de las injusticias sociales subyacentes, está claro que, hasta que no nos pongamos a ello, no podremos superar la crisis.
El hecho de abordar las desigualdades es una promesa global que hicimos hace mucho tiempo, cuya urgencia no ha hecho más que aumentar. En el año 2015 todos los países prometieron reducir la desigualdad dentro de sus fronteras y entre ellos como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026: Poner fin a las desigualdades, poner fin al sida, y la Declaración política sobre el sida adoptada en la Reunión de alto nivel sobre el sida de las Naciones Unidas de 2021 tienen como objetivo acabar con las desigualdades.
Hacerle frente a las desigualdades, además de ser un elemento central para acabar con el sida, ayudará a promover los derechos humanos de los grupos de población clave y las personas que viven con el VIH, preparará mejor a las sociedades para vencer la COVID-19 y otras pandemias, y servirá de apoyo para la recuperación económica y la estabilidad. Si cumplimos nuestra promesa de abordar la desigualdad, lograremos salvar millones de vidas y la sociedad en su conjunto saldrá beneficiada.
Sin embargo, acabar con las desigualdades exige un cambio transformador. Las medidas políticas, económicas y sociales tienen que proteger los derechos de todas las personas, y debemos prestar especial atención a las necesidades de las comunidades más marginadas y menos favorecidas. Sabemos cómo vencer al sida, sabemos cuáles son las desigualdades que obstaculizan el progreso y sabemos cómo abordarlas. Las políticas para abordar las desigualdades se pueden implementar, pero requieren que los líderes sean audaces.
Nuevo Informe ONUSIDA 2021
En un nuevo informe publicado antes del Día Mundial del SIDA, ONUSIDA advierte sobre millones de muertes por SIDA y la devastación continua de las pandemias si lno somos capaces de abordar las desigualdades. https://bit.ly/AIDSreport21
ONUSIDA advierte que, si los líderes no abordan las desigualdades, el mundo podría enfrentarse a 7,7 millones de muertes por sida en los próximos diez años. https://bit.ly/AIDSreport21
Las nuevas infecciones por el VIH no están disminuyendo lo suficientemente rápido a nivel mundial como para detener la pandemia del SIDA, con 1,5 millones de nuevas infecciones en 2020 y crecientes tasas de infección en algunos países. https://bit.ly/AIDSreport21
Nuevo informe: 5 elementos para acabar con el SIDA con financiamiento insuficiente y prioridad insuficiente: 1. Infraestructura comunitaria, 2. Acceso equitativo a medicamentos, vacunas y tecnología sanitaria, 3. Apoyar a los trabajadores en primera línea, 4. Los derechos humanos en el centro de las respuestas a una pandemia, 5. Sistemas de datos centrados en las personas. https://bit.ly/AIDSreport21
En esta edición, limitados por las indicaciones sanitarias promulgadas por la Junta de Andalucía, desarrollaremos una campaña online en este día, y reducidemos nuestra presencia a unicamente dos puntos en nuestros campus.
Solidaridad mundial, responsabilidad compartida
El 1 de diciembre de cada año, el mundo conmemora el Día Mundial del Sida. Ese día gente de todo el mundo se une para apoyar a las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus, y para recordar a las que han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida. En el año 2020, todos los ojos se han puesto sobre la pandemia de la COVID-19 y sobre cómo esta ha afectado a nuestra salud. Hemos corroborado de qué manera las pandemias hacen tambalear tanto nuestra existencia como nuestros medios de vida. La COVID-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con otros problemas fundamentales, tales como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico. Con todo esto en mente, el lema del Día Mundial del Sida este año es «Solidaridad mundial, responsabilidad compartida».
La COVID-19 nos ha demostrado que, en tiempos de pandemia, nadie está a salvo hasta que todos estamos a salvo. Dejar a alguien atrás no es una opción cuando lo que queremos es alcanzar el éxito. Para acabar con las pandemias del VIH y de la COVID-19, coincidentes en el tiempo, es clave eliminar el estigma y la discriminación, poner a las personas en el centro de la pandemia, basar nuestras respuestas en los derechos humanos y adoptar enfoques con perspectiva de género.
La pandemia de la COVID-19 ha revelado las enormes desigualdades enquistadas en nuestras sociedades. Esta crisis sanitaria, como muchas otras, está azotando con más fuerza a los más débiles y vulnerables. Todos hemos visto cómo la crisis de la COVID-19 ha exacerbado los desafíos a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, las mujeres y las chicas, y los grupos de población clave. Entre los grandes retos que se han visto magnificados está el de acceder a una atención sanitaria que salva vidas, lo cual se ha tornado aún más complejo. Del mismo modo, hemos comprobado con qué magnitud las desigualdades sociales y económicas han aumentado la vulnerabilidad al VIH de los grupos marginados. Sin embargo, esta crisis también pretende llamar nuestra atención para que actuemos, se nos presenta como una oportunidad para hacer las cosas de forma diferente: bien y juntos. En muchos aspectos, el poner fin al sida como amenaza de salud pública depende de cómo el mundo logre responder a la COVID-19.
El liderazgo y el compromiso de las comunidades, instrumentos fundamentales para lograr la victoria en la respuesta al sida, también están siendo cruciales para responder a la COVID-19. Tenemos infinidad de ejemplos que nos demuestran que el activismo de las comunidades y la solidaridad, una vez más, han sido de suma importancia para brindar a las personas afectadas por el VIH información, servicios, protección social y esperanza. Sin embargo, dicha solidaridad no puede ser responsabilidad exclusiva de las comunidades. Los Gobiernos, los donantes, los líderes de fe, la sociedad civil y todos y cada uno de nosotros hemos de contribuir para hacer del mundo un lugar más sano.
La COVID-19 nos ha reafirmado de qué forma mediante la política se puede también lograr el cambio. Hemos visto Gobiernos que han aprobado medidas extraordinarias y que han invertido grandes recursos económicos para salvar vidas y proteger empleos. Hemos sido testigos de la enorme colaboración entre países para garantizar la continuidad de los tratamientos para el VIH. Asimismo, hemos presenciado cómo los países alzaban sus voces al unísono para hacer un llamamiento internacional y solicitar una vacuna contra la COVID-19 al alcance de todos y disponible para toda la humanidad de forma igualitaria. Justo cuando nos adentramos en la última década de la acción para acabar con el sida como amenaza de salud pública para 2030, necesitamos más que nunca la buena voluntad política para alcanzar nuestro objetivo. Es posible. Podemos hacerlo.
La solidaridad mundial y la responsabilidad compartida nos obligan a contemplar las respuestas sanitarias mundiales, también la respuesta al sida, desde una nueva perspectiva. Obligan a que el mundo trabaje en conjunto para garantizar:
- La total financiación de la salud. Los Gobiernos deben trabajar juntos y hallar nuevas formas de garantizar que la asistencia sanitaria esté plenamente financiada. Ningún país puede hacerlo solo. Se han de aumentar tanto la inversión en salud nacional como internacional.
- El refuerzo de los sistemas sanitarios. Las inversiones en la respuesta al sida de las décadas pasadas nos han ayudado a fortalecer los sistemas sanitarios y, de esta manera, hemos sido capaces de apoyar la respuesta a la COVID-19. Mas hemos de hacer mucho más para fortalecer los sistemas de salud y proteger a los sanitarios.
- El acceso garantizado a la salud. Los medicamentos que salvan vidas, las vacunas y las pruebas diagnósticas se deben considerar bienes públicos. Debe haber una solidaridad mundial y una responsabilidad compartida capaces de garantizar que ninguna persona, comunidad ni país quede atrás a la hora de acceder a los productos sanitarios que salvan vidas.
- El respeto a los derechos humanos. Los enfoques basados en los derechos humanos, y aplicados en todo el mundo, logran resultados sostenibles en materia de salud. La pandemia de la COVID-19 ha sacado a la luz los defectos de la sociedad y ha mostrado al mundo de qué manera los grupos de población clave han sido los grandes olvidados en muchas partes del mundo.
- El respeto inquebrantable y central a las mujeres, las niñas y la igualdad de género. La pandemia de la COVID-19 ha afectado de manera significativa el medio de vida de las mujeres, las cuales se han visto afectadas de una forma desproporcionada por las restricciones y los confinamientos. Precisamente estos confinamientos han provocado el aumento de la violencia de género contra las mujeres en los hogares. Las mujeres deben ser incluidas en los procesos de toma de decisión sobre todos aquellos aspectos que afectan a sus vidas. Lo que está claro es que el mundo no se puede permitir retroceder y perder lo que con tantísimo esfuerzo se ha logrado respecto a la igualdad de género.
Ahora es el momento de hacer uso del liderazgo para conseguir sociedades más igualitarias. Debemos tener líderes capaces de defender el derecho a la salud para todos y de encabezar una recuperación mundial sólida e igualitaria. En este Día Mundial del Sida, nos unimos e instamos a todos, a que los países multipliquen sus esfuerzos para lograr sociedades más sanas. En este Día Mundial del Sida se busca logar el objetivo de solidaridad mundial y responsabilidad compartida.
Participa en el juego de preguntas y respuestas sobre el Día Mundial del Sida 2020
Actualciones presenciales en la UMA
Pese a las limitaciones de presencia de alumnado en nuestras facultades con docencia presencial, indicadas por los responsables en materia sanitaria de la junta de Andalucia, se prepararon 8 mesas informativas en las Facultades de Ciencias de la Comunicación, Turismo, Filosofía y Letras, Ciencias, Medicina, Ciencias de la salud, Económicas, Bellas Artes y Aulario Gerald Brenan.
Las mesas contaban con materiales preventivos, formativos e informativos, destinado al alumnado que realizan prácticas presenciales, asisten a las bibliotecas y al PAS y PDIs. Contamos con la colaboración de la Asociación ASIMA Málaga, que nos ofreció materiales. Durante la jornada se repartieron 400 preservativos y 300 kits con gel lubricante.
Dia Mundial del Sida 2019
Las Comunidades Marcan la Diferencia
Apoyamos la campaña adaptando contenidos y damos difusión a el lema de este año, "Las comunidades marcan la diferencia".
Las comunidades realizan una invalorable aportación a la respuesta al sida. Las comunidades de personas que viven con el VIH, de grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, consumidores de drogas, trabajadores sexuales, prisioneros y personas transgénero), de mujeres y jóvenes lideran y apoyan la prestación de servicios, defienden los derechos humanos y proporcionan sostén a sus iguales. Las comunidades son el alma de una respuesta al sida efectiva y constituyen un importantísimo pilar en el que apoyarse.
Las comunidades de personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus, junto con los educadores de iguales, los asesores, los trabajadores sanitarios de la comunidad, los proveedores de servicios puerta a puerta, las organizaciones de la sociedad civil y los activistas de las bases, están dirigiendo a la sociedad y luchando para garantizar que la respuesta al sida continúe siendo relevante. Batallan incansablemente para conseguir que las personas estén en el centro de la toma de decisiones y de la implementación de programas, y contribuyen a hacer realidad el que nadie se quede atrás.
Las comunidades están marcando la diferencia y son claves para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aunque demasiado a menudo carecen de los recursos y del reconocimiento que se merecen y necesitan.
Con el fin de poner en valor el papel desempeñado por las comunidades y las organizaciones lideradas por la comunidad, ONUSIDA y sus socios, este año, en el Día Mundial del Sida, resaltan la importante y gran labor de las comunidades.
En un momento como este en el que la menor financiación está poniendo en peligro la sostenibilidad de los servicios del VIH, el activimismo comunitario se antoja vital. Necesitamos urgentemente una mayor movilización por parte de las comunidades y han de derribarse las barreras que impiden a las comunidades hacer llegar los servicios.
Hoy más que nunca las comunidades son imprescindibles para tener la certeza de que el VIH permanece en la agenda política; de que los derechos humanos se respetan, protegen y cumplen, y de que tanto quienes toman las decisiones como quienes las ponen en práctica asumen la responsabilidad que les corresponde.
Materiales utilizados durante esta campaña