Carta abierta de Javier Moreno, antiguo alumno de la Escuela
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Se dirige al estudiantado actual con el propósito de brindarles consejos, motivación e inspiración mientras recorren la misma etapa académica, transmitiendo un mensaje cercano, lleno de ánimo y perspectiva.
A los compañeros de la Escuela de Ingenierías Industriales:
Han pasado más de quince años desde que entré por primera vez, con gran ilusión, por las puertas de la Escuela de Ingenierías Industriales; diez desde que hice mi último examen.
Aún recuerdo los nervios, las noches en vela y el ritmo agotador de la época de exámenes. La época en la que estáis inmersos es, sin duda alguna, muy dura. Sin embargo, hoy hago memoria y, aunque se me vienen a la cabeza bastantes sentimientos cuando rememoro esa época llena de esfuerzo y dificultades, no podría decir que el arrepentimiento sea uno de ellos. Sí la curiosidad, la sensación de realización y la ilusión por un futuro donde todo era posible. Lo bueno se queda, lo malo se olvida.
No recapacito sobre mi trayectoria profesional muy a menudo, pero si tuviera que daros un consejo basado en ella, diría que nunca rechacéis un desafío, por muy grande que parezca.
Nueve años llevo trabajando en la industria aeronáutica, de los cuales no ha habido un solo día que pase sin que diga que sí a un nuevo reto, aun sintiendo un enorme síndrome del impostor.
Sin embargo, esa es la actitud que me llevó a trabajar en Francia, a liderar mi primer equipo de ingenieros en Madrid, a trabajar para Boeing en Los Ángeles y, por último, a establecerme en su sede central en Everett, donde vivo con mi mujer y mis dos hijos.
Cada vez que se me presentaron oportunidades, acepté la incomodidad temporal en pos del beneficio a largo plazo. Por ello, os digo que las dificultades por las que hoy pasáis son una oportunidad de crecer ante la adversidad. Todo lo malo pasa. Algún día saldréis por esas puertas no solo con un título, sino con grandes competencias, una personalidad y carácter formados y un mundo de oportunidades para definir vuestra propia historia.
Os deseo lo mejor.
Javier Moreno



