Esta tecnología, que ya ha sido patentada en España, permite acortar hasta un 10% el tiempo de espera entre despegues, lo que en palabras de Paloma Gutiérrez, profesora del Departamento de Ingeniería Mecánica, Térmica y de Fluidos de la UMA, no solo tendría efectos positivos desde el punto de vista comercial, al aumentar la capacidad operativa de los aeropuertos y agilizar las operaciones en épocas de mucho tráfico aéreo, como en verano, sino que resultaría muy beneficioso en vuelos de seguridad y emergencias, como un incendio, que requieran apoyo aéreo.

Siete investigadores de la Universidad de Málaga y uno de la Universidad de Sevilla han constatado como con este sistema se podrían ahorrar entre 6 y 9 segundos entre despegues.

Los resultados de este trabajo, que cuenta con una financiación de 200.000 euros por parte del Ministerio de Ciencia e Investigación, han sido publicados en dos artículos en las revistas científicas 'Physics of fluids' y 'European Journal of Mechanics B/Fluids'.

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