Después de tres meses, el Caminito del Rey ha reabierto sus puertas a los visitantes este viernes, 12 de junio, para lo que ha contado con un nuevo plan de seguridad elaborado por la Diputación de Málaga junto a la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes de la Universidad de Málaga.

El nuevo documento consta de 130 páginas, en las que se especifican las normas a seguir tanto para trabajadores como para turistas y en las que se establece una limpieza y desinfección exhaustivas de toda la zona.

En un principio las visitas estarán permitidas los viernes, sábados y domingos durante los tres próximos fines de semana, con un aforo reducido al 50% y con un máximo de 550 personas al día. A partir del martes 7 de julio, debido a la demanda existente, el Caminito podrá volver a visitarse todos los días (excepto los lunes, que permanece cerrado por tareas de mantenimiento).

Durante los meses en que el Caminito ha permanecido cerrado debido a la pandemia, han trabajado en el nuevo plan de seguridad la Cátedra de la UMA, la Diputación y la empresa concesionaria de la gestión del Caminito, Hermanos Campano. También han participado miembros la empresa encargada de la inspección de las infraestructuras, Terra & Ferro, y los alcaldes de la zona.

El nuevo protocolo de seguridad establece que se desinfecte el recorrido cada dos horas, mientras que cada hora se limpiarán los aseos y las zonas de mayor tránsito y que puedan concentrar más presencia de personas. La limpieza será diferente según las zonas. El hipoclorito sódico (lejía) se usará en los aseos e instalaciones de la entrada y salida, y para las demás zonas -como barandillas y elementos de agarre, pasarelas y cartelería- se utilizarán otros productos viricidas con alcohol, con el objetivo de minimizar el impacto sobre el medio, según informan desde la Cátedra.

Se han instalado también dispensadores de gel desinfectante en diferentes puntos del recorrido y habrá un proceso de desinfección especial para los cascos protectores y los gorros de protección higiénica. En definitiva, se mantienen todos los protocolos de seguridad, pero ahora se intensifican todos los procedimientos para hacer frente al Covid-19.

El cumplimiento de la distancia de seguridad ha obligado a reestructurar los espacios en los que hay más riesgo de concentración de usuarios, como la zona de entrada y de recepción, los aseos, el puente colgante y el mirador de cristal. En estos casos, se ha reorganizado el flujo de personas con vallado y señalética, indicando la dirección y el sentido que se debe seguir en cada caso.

Además, se han instalado carteles recordando la importancia de mantener la distancia de seguridad entre personas o grupos familiares, tanto estando parados (dos metros) como en movimiento (cinco).

Respecto al transporte y desplazamiento de los usuarios entre los accesos norte y sur, que se realiza a través de un autobús lanzadera, aun cuando en la fase 3 ya está permitido que se ocupen todas las plazas, se ha llegado a un acuerdo con la empresa que realiza los viajes para que la ocupación sea como máximo del 50.

En cuanto a los trabajadores, dispondrán de material de protección y cuentan con instrucciones para garantizar tanto su seguridad como la de los visitantes, estableciendo un protocolo de actuación ante emergencia o accidente.