La Universidad ha hecho entrega esta mañana al Liceo de Málaga de una réplica del acta de disolución de la Asociación de Antiguos Amigos de la UMA, el colectivo que luchó a finales de los años 60 y principios de los 70 por la creación de la institución académica. Una copia del pergamino artístico enmarcado, realizada por el Centro de Tecnología de la Imagen (CTI), cuyo original permanece custodiado en el Rectorado, tras haber sido restaurado.

Fue el propio Liceo de Málaga, lugar en el que la Asociación mantenía sus reuniones, quien el pasado 28 de mayo de 2018 cedió a la Universidad el documento inédito, con la celebración en el Ayuntamiento de un acto institucional que cerró un ciclo histórico, convirtiendo a la Universidad de Málaga en el último destinatario de este legado.

El vicerrector de Política Institucional en funciones, Juan Antonio García Galindo, ha afirmado que con la entrega de esta "fidedigna reproducción" elaborada por el CTI "se cierra un capítulo, pero se siguen abriendo cauces de colaboración entre ambas instituciones".

El encuentro se ha celebrado en la Sala de Juntas del Rector y ha contado también  por parte de la UMA con el vicerrector adjunto de Política Institucional, Alfonso Cortes. Asimismo, del Liceo Málaga han estado presentes su presidente, Rafael Jesús López; el presidente de honor, Andrés García Maldonado, y la secretaria, María del Carmen Sánchez, además de antiguos miembros de la Asociación y otros representantes institucionales.

La Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga fue la iniciativa más importante llevada a cabo para demandar la puesta en marcha de la UMA. Compuesta por los agentes sociales, culturales y políticos más activos de Málaga y respaldada por el eco en 1972. “Considerado cubierto el objetivo de su creación”, el 18 de agosto de 1985 la Asociación fue disuelta, aunque jurídicamente no desapareció hasta dos años después.

Años de reivindicaciones

Fueron años convulsos para Málaga los del final de la década de los sesenta. El pistoletazo de salida a las reivindicaciones lo provocó el Consejo de Ministros de 1968 en el que, entre otras, se acordó la creación de las universidades de Bilbao y las Autónomas de Madrid y Barcelona.

Málaga no tuvo suerte en esa ocasión y se movilizó. Una ciudad con más de 300.000 habitantes no podía estar sin educación superior y la forma de demandarla fue saliendo a la calle, de la mano de la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga. Concentraciones ante el Gobierno Civil, manifestaciones con pancartas reivindicativas…Hasta que en 1972 llegó el decreto gubernamental que aprobaba la institución académica.