Evaluar los efectos que provocaría un tsunami en el litoral malagueño es el objetivo del libro “Deslizamientos submarinos y tsunamis en el mar de Alborán. Un ejemplo de modelización numérica”, que fue presentado esta mañana en la Subdelegación del Gobierno en Málaga.

Se trata de una investigación realizada conjuntamente por la Universidad de Málaga y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) que, a partir del estudio de los riesgos geológicos en la cuenca del Alborán, simula tsunamis basados en técnicas matemáticas.

El acto de presentación estuvo presidido por el subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Hernández, y contó con la presencia del director del Centro de Oceanografía de Málaga, Jorge Baro, el decano de la Facultad de Ciencias de la UMA, Francisco Palma, el profesor de Análisis Matemático, Jorge Macías, y el científico titular del IEO del grupo de Geociencias Marinas, Juan Tomás Vázquez.

El subdelegado del Gobierno destacó que este trabajo ha sido posible gracias a la intensa colaboración de dos grandes instituciones de Málaga como son la Universidad y el Centro de Oceanografía. Jorge Baro declaró en este sentido, que se trata de un estudio multidisciplinar que aúna a científicos de la Geología Marina y matemáticos.

El decano, por su parte, aclaró que este proyecto supone el uso de la investigación para mejorar la calidad de vida de las personas y recordó que esta colaboración entre instituciones lleva ya casi 20 años.

Investigación

La simulación de un hipotético  tsunami en el Mar de Alborán, a partir de modelos matemáticos, ha sido realizada en base a los efectos de un deslizamiento marino que se produjo hace más de 20.000 años.

Así, el libro reconstruye, mediante la implementación de un modelo numérico, el escenario en el que se produjo un importante deslizamiento submarino que provocó el desplazamiento de aproximadamente 1.000 millones de metros cúbicos de sedimento, un volumen similar al que ocuparían 3.023 estadios de fútbol. Este movimiento de tierra dio lugar al denominado Cañón Al-Boraní, cerca de la isla de Alborán.

La caída de la masa sedimentaria a lo largo de la vertiente de la Dorsal de Alborán produjo una ola gigante que alcanzó la costa ibérica (Málaga, Granada y Almería) y la costa africana produciendo un impacto catastrófico en sus litorales.

El interés por prevenir riesgos litorales, así como en la gestión de las costas ante el impacto de este tipo de fenómenos naturales, son los fines principales de este estudio.

Conclusiones

La simulación  numérica pone de manifiesto la existencia de tres zonas principales con riesgos diferenciados. El entorno del Cabo de Tres Forcas, de mayor riesgo debido a su proximidad al foco tsunamigénico, por un lado. El entorno de Adra, de riesgo medio debido a que la pendiente de la plataforma continental incrementa localmente la amplitud de la onda. Y, finalmente, el entorno de la Bahía de Málaga, de menor riesgo gracias al amparo que le ofrecen los relieves submarinos y a la mayor distancia que le separa del foco tsunamigénico.

Bahía de Málaga

En el caso concreto del impacto que tendría un tsunami en el litoral malagueño, el estudio evidencia que se trata de una zona de poco riesgo aunque, la forma de la costa puede potenciar los efectos resonantes.

Según el investigador de la UMA, Jorge Macías, la onda que llegaría a la costa tendría una penetración de entre  200 y 400 metros en la zona llana, en la montañosa sería menor. Así, su longitud  en su llegada a Málaga sería de unos 14 metros y su velocidad de unos 400 km/h.

19-03-2013