La Guerra Civil obligó a cientos de familias a desplazarse de sus hogares por los bombardeos aéreos y la artillería de uno y de otro bando. En el lado republicano, el acoso al que estaba siendo sometida Madrid motivó que la sección infantil republicana aconsejara a los padres la evacuación —primero voluntaria y finalmente obligatoria— de los hijos a las llamadas Colonias del Ministerio de Instrucción Pública. Se estima en más de 200 el número de estos lugares que acogieron tanto en terriotorio español como en el extranjero (Francia, Bélgica, México, Dinamarca…) a unas 16740 personas.

Durante la estancia, los niños asistieron a numerosas proyecciones con fines educativos y películas infantiles de animación; pero también a otras orientadas al adoctrinamiento ideológico, como cortometrajes bélicos filmados por las agrupaciones republicanas y una amplia nómina de películas soviéticas. Las visitas al cine y al teatro ofrecían sin duda una vía de escape y desconexión en medio de un contexto de incertidumbre, tensión y belicismo, a la vez que permitían adoctrinar a los más pequeños por medio de protagonistas, historias y tramas cargadas de un gran peso ideológico.

El profesor de la Universidad de Málaga, José Antonio Gallardo Cruz, ha publicado en UMA Editorial La infancia en la guerra civil española: cines y teatros dibujados por niños, obra centrada en cómo plasmaron los menores estas visitas en sus dibujos de la escuela. Un título que sale a la luz tras seis años de intenso trabajo en los que el investigador ha analizado cerca de 3000 dibujos de los archivos nacionales e internacionales más importantes. “No soy historiador ni juez de los acontecimientos ocurridos en esta contienda, simplemente un docente que ha estudiado lo que unos niños reflejaron en una hoja de papel arrancada de sus cuadernos”, señaló el autor en el acto de presentación celebrado ayer en el Rectorado.

El dibujo era, junto al juego y el canto, una de las actividades más atractivas para los niños en la escuela. “Era, además, la primera vez a nivel mundial que los niños dibujaban una guerra, sin embargo, muchas de las obras que he logrado recoger no han presentado ni ametrallamientos, ni bombardeos, sino felicidad, alegría, ocio y diversión”, explicó Gallardo Cruz. El investigador atribuyó esta circunstancia al hecho de que los maestros republicanos y extranjeros fomentaran en su alumnado el retrato de elementos bélicos (evacuaciones, bombardeos, casas colapsadas, ametrallamientos, refugios, caída de bombas, artillería, largas colas para conseguir alimentos…).

En este sentido, el profesor puso de relieve el valor de este tipo de testimonio gráfico a la hora de retratar la realidad de cualquier episodio de la historia. Los 32 dibujos sobre cine y teatro que ha conseguido extraer de los miles consultados adquieren para el autor un valor de “gran tesoro pictórico” como reflejo de la visión infantil de una guerra entre hermanos. “Frente a la fotografía, el dibujo de un niño lleva consigo un esfuerzo psicomotórico y cognitivo mucho mayor”, añadió.

Asimismo, acompañaron también el autor, Pedro Castro Vizcaíno, uno de los “niños de la guerra”, que ha colaborado con el autor y que durante el conflicto fue evacuado junto a sus dos hermanas y a sus padres a Lorcha (Alicante), donde pasó el resto de la contienda; y la responsable de UMA Editorial, Rosario Moreno-Torres Sánchez, quien destacó la rigurosidad del profesor en la creación y en la edición del título.

El libro puede adquirirse junto a otros títulos de UMA Editorial en las oficinas del Servicio de Publicaciones y Divulgación Científica, librerías y en la plataforma UneBook.