Juan Antonio Lacomba, catedrático de Historia Económica de la UMA y presidente de honor del Ateneo de Málaga, ha fallecido este fin de semana a los 78 años. Nacido en 1938 en la localidad valenciana de Chella, su trayectoria vital y profesional ha estado siempre muy ligada a Málaga, a donde llegó en 1966.

Desde entonces, dejó su impronta en la enseñanza secundaria como catedrático de instituto en Vélez-Málaga y en el centro Nuestra Señora de la Victoria. Catedrático de la UMA desde 1979, impartió docencia en esta institución académica hasta su jubilación, en 2008, convirtiéndose en un referente para la historia de España y Andalucía. De hecho, en 2006 recibió la Medalla de Andalucía como reconocimiento a su abultado e influyente trabajo intelectual, dirigido a la definición y proyección de la comunidad autónoma, con obras como ‘Blas Infante. La forja de un ideal andaluz’, una aproximación biográfica al padre del andalucismo.

Maestro de historiadores, trajo la historiografía europea a la Universidad de Málaga. Su compromiso cultural le llevó a formar parte de la asamblea constituyente del Ateneo, institución de la que fue su tercer presidente y con la que siempre colaboró desde la vocalía de Historia. Como reconocimiento a su labor, en mayo de 2016 fue nombrado presidente de honor, puesto que hasta entonces ostentaba el Rey Juan Carlos.

Lacomba es autor de casi una veintena de libros. Su compromiso con la historia y con la cultura le llevó a ejercer durante un año el cargo de director general de Patrimonio Cultural en el primer Gobierno andaluz, presidido por Rafael Escuredo. Andalucista de corazón, siempre dejó visible su responsabilidad política, si bien no militó en ningún partido.

Su tesis doctoral, ‘La crisis española de 1917’, fue censurada por el franquismo, si bien pudo ser publicada finalmente en 1970. Obras de referencia académica como ‘Introducción a la historia económica de la España contemporánea’ (1969), ‘Crecimiento y crisis de la economía malagueña’ (1987) y ‘Teoría y praxis del andalucismo’ (1988), forman parte de su legado.

Fue, en definitiva, un maestro de historiadores, un intelectual de referencia y uno de los estudiosos que más ha contribuido al conocimiento de Andalucía, gracias a una vida dedicada a profundizar en las raíces de su historia.