“La obra de Salvador Rueda, casi un siglo después de su muerte, continuaba dispersa y desconocida...”. Así comienza la introducción del primer volumen de poesía de esta recopilación que ve la luz ahora después de diez años de proceso. Unas palabras de arranque que bien muestran la necesidad de abordar la poesía y la prosa de, a juicio de los expertos, uno de los autores más consagrados de la literatura malagueña.

Desde que la idea se gestara en 2007 en el congreso ‘Salvador Rueda y su época. Autores, géneros y tendencias’, investigadores del Departamento de Filología Española han volcado sus esfuerzos en poner en valor la producción literaria del escritor nacido en la aldea de Benaque, cerca de Macharaviaya. Coordinados por el doctor Gómez Yebra, los profesores Elena Garcés, Antonio Aguilar, María Dolores Guitérrez Navas e Isabel Jiménez Morales han sido los responsables de los cinco volúmenes que componen esta primera edición y que se reparten en cuatro de Poesía y uno de Cuentos y artículos de costumbres.

En la presentación, Gómez Yebra puso el acento en lo complicado que había resultado el trabajo de investigación y en la pertinencia de recuperar a un autor como Rueda. “La mejor forma de recordar a un escritor es leyendo sus obras, por eso tenemos que trabajar para que sea leído en todo el mundo”, afirmó. A continuación, la doctora Elena Garcés destacó el soneto como la composición favorita del autor, a quién también definió como “precursor del modernismo”.

Por su parte, el doctor Antonio Aguilar, se refirío a la producción literaria de Rueda como extensa y variada en sus temas, y avaló la calidad y sensibilidad poética del malagueño. “Si la poesía tiene algún valor, es su eternidad, si es tan buena como la que nos ocupa nunca pasará de moda”, concluyó. En su caso, la doctora Gutiérrez Navas también hizo referencia a la amplia obra de Rueda, ya que, como explicó “el mismo era consciente de que había publicado demasiado sin apenas seleccionar”. Asimismo, la propia investigadora reflexionó además sobre cómo durante su última etapa el escritor dejó la naturaleza en un segundo plano para profundizar en el ser humano.

Al cierre de la cita, tuvo lugar una lectura poética que combinó, por un lado, la participación de los investigadores presentes y de parte de los asistentes; y por otro, la actuación del artista Alejandro Robles, que dio lectura a los versos de Rueda a ritmo de música.

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