El pasado viernes 19 de abril, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, la Asociación Española de Universidades con Titulaciones de Información y Comunicación (ATIC) votaba a su Junta Directiva. Con los 21 votos de los 21 decanos asistentes a la asamblea, el decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, Juan Antonio García Galindo, resultó elegido presidente de la entidad. En dicha candidatura resultaron designados el vicepresidente de ATIC,  Antonio García Jiménez (U. Rey Juan Carlos); la secretaria, Carmen Pérez de Armiñán (U. Complutense de Madrid); la tesorera, Mónica Herrero (U. de Navarra); y los vocales Josep Lluis Gómez Mompart (U. de València) y Josep Mª Catalá (U. Autónoma de Barcelona).

ATIC, constituida a comienzos de 2012 y de la que forman parte ya 25 universidades españolas, públicas y privadas, es una entidad heredera de la antigua Conferencia de Decanos, que venía manteniendo actividades desde hace más de una década y de la  que la nueva asociación, primera en su género en España, viene a ser continuadora, aunque con la capacidad jurídica de toda asociación legal.

Así pues, ATIC se propone, entre otros objetivos, contribuir a la mejora de la formación universitaria en el ámbito de las Ciencias de la Comunicación. En el programa de la candidatura presentada por el ya presidente electo, Juan Antonio García Galindo, se hacía hincapié en los objetivos de consolidación de ATIC para incorporar a los centros que aún no se han integrado, fomentar las relaciones con otras organizaciones del ámbito comunicativo y realizar actividades tales como la creación de un Observatorio Universitario de la Comunicación o preparar un congreso sobre Formación y Profesión en la Sociedad Actual. En dicho programa se hizo alusión también a importantes retos a los que se enfrentan las facultades de comunicación españolas como la implantación de los nuevos planes de estudio, la mejora de la calidad de la enseñanza universitaria o la defensa de la libertad de expresión en un entorno comunicativo nada propicio.