Un grupo formado por científicos europeos se ha reunido hoy en el Rectorado para conocer los últimos avances en los resultados de la aplicación en monos de una vacuna para el virus chikungunya, desarrollada por expertos españoles y suecos (de la Universidad Karolinska), según explicó Mariano Esteban, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC y presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia.  

Los científicos proceden de Suecia, Finlandia, Francia, Alemania, Reino Unido, Malasia, Singapur, España y la Isla de la Reunión y realizan un proyecto financiado por la Unión Europea, dentro del séptimo programa marco, para desarrollar una vacuna y antivirales contra el citado virus chikingunya, transmitido por el mosquito tigre, que se está extendiendo por todos los continentes.

Mariano Esteban señaló que los resultados obtenidos en macacos (paso previo a los ensayos con humanos y posterior a su aplicación en ratones) son “espectaculares”. En esta reunión del Rectorado, según Esteban, “se han dado a conocer datos muy importantes para el control de esta pandemia”. En este sentido, se ha presentado la identificación de 41 compuestos antivirales, que se están ensayando para conocer cuál es el más relevante para detener la infección.

Hasta ahora no hay ni vacuna ni antivirales contra este virus. El objetivo, ahora, es encontrar financiación para efectuar los ensayos clínicos en humanos.

Identificado en el año 1972 en Tanzania, se mantuvo en estado latente hasta que se propagó a la isla Reunión, donde infectó en 2005 a más de 200.000 personas. De ahí saltó hasta la India y Asia, y en 2013 llegó al Caribe. Actualmente está ya en Estados Unidos y Sudamérica y hay 34 países declarados como endémicos de chikungunya.

La infección que produce la picadura del mosquito es muy rápida. Se propaga en 3 y 7 días. A través de la dermis el mosquito inocula partículas del virus e infecta los órganos hasta llegar al torrente sanguíneo y provocar alta fiebre y dolores articulares intensos. Puede producir hemorragias y, eventualmente la muerte, con un índice de mortalidad de un uno por mil. Solo en el continente americano ya hay más de un millón de personas infectadas, solo en un año.