PRESENTACIÓN
Grupo de investigación
MINDFULNESS, EDUCACIÓN Y BIENESTAR (MEB)
(SEJ-662)
Grupo de investigación formado por un equipo multidisciplinar de la Universidad de Málaga (Psicología, Ciencias de la Educación, Derecho, Económicas y Empresariales) y por diferentes profesionales que desempeñan labores de docencia, orientación y asesoramiento en diferentes centros educativos de la Junta de Andalucía. Este grupo trabaja sobre diversas líneas de investigación, centradas especialmente en la aplicación de prácticas de Atención Plena (Mindfulness) y compasión como medio para promover el bienestar general de las personas, mejorar los procesos cognitivos (memoria, atención, función ejecutiva), mejorar la gestión emocional y del estrés, y promover relaciones intra e interpersonales más saludables.
Mindfulness se ha definido como el estado particular de conciencia que surge al poner atención de forma intencional, sin juzgar, en el momento presente, viviendo la experiencia momento a momento tal y como es (Kabat-Zinn, 2003). Vivimos acelerados, desconectados y alejados completamente de la experiencia, absorbidos por la tecnología, asaltados por la novedad e inmediatez constante y atrapados en la multitarea, no dejando apenas espacio para sentir el silencio y conectar con nosotros mismos y con nuestras verdaderas necesidades. Se encuentran cada vez más estudiantes y docentes que no saben gestionar sus emociones (estrés, frustración, ira), su tiempo o, simplemente, atender sus necesidades. Pero, ¿cómo podemos fomentar la salud y el bienestar además de garantizar un buen desarrollo y rendimiento intelectual? El bienestar es más que la ausencia de enfermedad, implica sentirse y funcionar bien, física, mental y socialmente, sentirse satisfecho con la vida y tener la capacidad de vivirla en plenitud (Chaves y Kern, 2017). Por lo que el bienestar emocional y psicológico debería incorporarse como una de las metas prioritarias de la educación.
A través de un enfoque preventivo, nuestro grupo de investigación, desde hace más de 5 años, intenta incorporar en el contexto educativo, recursos que permitan desarrollar habilidades y estrategias necesarias para una vida más plena y satisfactoria. A través de prácticas basadas en mindfulness y compasión las personas adquieren mayor consciencia de sí mismas, de su sufrimiento y de esta forma pueden empezar a responder de forma más adaptativa a sus necesidades y a las situaciones estresantes, en lugar de reaccionar automáticamente a ellas. Su práctica dota a la persona de una mayor flexibilidad psicológica mediante la enseñanza de habilidades que aumentan la predisposición del individuo a entrar en contacto con la más completa de sus experiencias, reconocer sus valores y emociones, y comprometerse con comportamientos que sean más coherentes con ellos mismos (Espert, 2017).