Presentación
En la medida en que ésta es una iniciativa de aprendizaje basada en problemas y en proyectos (ABP), pretende ofrecer una contribución innovadora dirigida a un triple desafío docente:
1º.- En primer lugar, que en los asuntos de justicia los estudiantes muy habitualmente permanecen distanciados de la realidad o, en todo caso, fuera de ella, sin implicarse personalmente ni sentir una gran motivación, por considerar esta realidad excesivamente formal y abstracta. Muy distinta es la situación en la que casos reales les tocan de lleno, puesto que forma parte de la conciencia y naturaleza humanas reaccionar e incluso rebelarse contra las injusticias. Por ello el desafío consiste en situar el proceso de enseñanza-aprendizaje en un escenario real -o con un grado de simulación suficientemente realista- como para generar la implicación de los agentes del proceso educativo. La inmersión en este escenario real de carácter relacional puede lograrse de manera muy efectiva a través del enfoque de justicia relacional, tal como acaba de comentarse en el apartado anterior, atendiendo a los ámbitos materiales protección de la sostenibilidad ambiental y los derechos humanos.
2º.- En segundo lugar, la propia materia de la justicia exige un abordaje serio, riguroso, capaz de superar, por medio de enfoques innovadores, una gran dosis de incertidumbre, desacuerdo, ideologización, relativismo o falta de definición -que supone además un importante factor de desmotivación para muchos-. Por lo que, huyendo de lugares comunes y argumentos superficiales, se necesita una profundización científica a nivel jurídico e interdisciplinar con un alto nivel de exigencia. Se trata de una experiencia que este equipo viene ya llevando a cabo, estableciendo un diálogo académico serio en red, también con investigadores de otros países.
3º.- El tercer desafío consiste en la necesidad de comprobar que se progresa de forma adecuada en un proceso de aprendizaje fructífero, activo y manteniendo el compromiso de los participantes. Se hace por tanto necesario un mecanismo de evaluación para contrastar, en base a evidencias, no sólo el nivel de motivación mantenido (primer desafío), sino que también es exitosa la profundización continua en la investigación científica (segundo desafío). Este tercer desafío, pues, no sólo se traduce en un alto grado de experimentación contrastada en el proceso educativo, sino que dicha actividad evaluadora debe también confirmar que la propuesta innovadora es útil y consistente en el plano científico, así como en el terreno práctico y profesional. Tal como se detalla más abajo en el apartado sobre mecanismos y evidencias de evaluación, el enfoque de justicia relacional -y particularmente su método dialógico- permite atender adecuadamente también a este tercer desafío.