El respirador automático desarrollado en menos de una semana por investigadores de la Universidad de Málaga, junto con científicos de IBIMA y médicos de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, para reforzar la asistencia sanitaria por el COVID-19, ha pasado con éxito el primer ensayo clínico con un paciente real, realizado en el Hospital de Antequera.

El ensayo clínico ha permitido comprobar el correcto funcionamiento del respirador en cuanto a ventilación y oxigenación del paciente, así como en variable secundaria por daño asociado por la propia ventilación mecánica. La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ha requerido la realización de dos ensayos como éste del respirador antes de dar luz verde a su fabricación.

El prototipo ha sido presentado esta mañana en una rueda de prensa no presencial, donde se ha anunciado el cambio de denominación, de ‘Málaga Respira’ a ‘Andalucía Respira’, debido a que en su fabricación, una vez pase todos los requerimientos oficiales exigidos, participarán otras provincias andaluzas como Sevilla, Jaén y Cádiz.

Igualmente, durante la presentación, se han explicado algunos de los avances del dispositivo que, actualmente, se encuentra inmerso en el plan de industrialización, y pendiente del segundo ensayo clínico, para poder, finalmente, certificarlo.

Durante el encuentro, que ha contado con el secretario general de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Andalucía, Isaac Túnez y el gerente del Servicio Andaluz de Salud, Miguel Ángel Guzmán, se ha anunciado que los primeros respiradores podrían empezar a producirse la próxima semana.

También han estado presentes el catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la UMA Víctor Muñoz y el cirujano cardiovascular del Hospital Regional Ignacio Díaz de Tuesta, ya que la idea de este proyecto surge de la colaboración de grupos de investigación de la Universidad de Málaga y médicos de hospitales malagueños, involucrando a instituciones y empresas.

Se trata de un nuevo dispositivo basado en piezas industriales comunes, que se podría fabricar en un tiempo aproximado de dos horas,  respondiendo así a la necesidad de proporcionar más respiradores a las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales, que estas semanas se están viendo sobrecargadas para atender a pacientes con patología respiratoria causada por el nuevo coronavirus.

Una alternativa real a los actuales respiradores homologados que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos para pacientes graves con la sintomatología del Covid-19, ya que evita piezas relacionadas con estos respiradores, para eludir un posible desabastecimiento de este tipo de materiales, teniendo en cuenta las circunstancias actuales a nivel mundial. Asimismo, no lleva componentes móviles, reduciéndose el riesgo de fallo mecánico o fatiga de materiales.

Equipo multidisciplinar

Para su diseño se ha contado con un equipo multidisciplinar, en el que además de los investigadores de la UMA -encargados de trasladar la idea a la ingeniería aplicada a la salud- han participado profesionales sanitarios de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria y científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA).

Víctor Muñoz y Carlos Pérez del Pulgar, profesores de Ingeniería de la Universidad de Málaga, han sido los responsables del sistema de montaje y diseño del circuito y de la programación del automatismo de este prototipo, respectivamente; un trabajo en el que también ha colaborado la investigadora de la UMA Mª Victoria de la Torre y el veterinario de esta institución Ricardo González-Carrascosa, quien ha coordinado el ensayo en modelo animal, en una fase anterior, que tras 24 horas de funcionamiento obtuvo también resultados positivos.

En el equipo multidisciplinar han participado igualmente el cirujano cardiovascular Ignacio Díaz de Tuesta -impulsor principal de este proyecto-, el intensivista y coordinador clínico Miguel Ángel Prieto, ambos del Hospital Universitario Regional de Málaga, y José Luis Guerrero Orriach, anestesista e intensivista del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Este equipo médico ha contado con el asesoramiento del cirujano torácico y asesor científico del Hospital Universitario de Salamanca Gonzalo Varela Simó.

Igualmente, en el desarrollo de este prototipo también han trabajado científicos del IBIMA, con su director, Francisco J. Tinahones, así como con Isabel Guerrero, responsable de la Unidad de Innovación de este instituto de investigación malagueño y su gerente, José Miguel Guzmán. En el desarrollo han contribuido además de un buen número de empresas que, de manera solidaria, han contribuido a aportar material para poder producir este prototipo.

El proyecto está coordinado por la Fundación Progreso y Salud, adscrita a la Consejería de Salud  y Familias de la Junta de Andalucía.