Hans-Dieter Wienberg, doctor en Economía Agrícola por la Universidad de Innsbruck y fundador del Centro Experimental ‘La Mayora’, ha sido investido hoy como doctor honoris causa por la Universidad de Málaga en un acto celebrado en el Rectorado, en el que ha actuado como padrino el catedrático de Biología Celular Eduardo Rodríguez Bejarano.

El homenajeado ha recibido los elementos que le acreditan con tal honor -el título, la medalla, el birrete, los guantes, el Libro de la Ciencia y el anillo- de manos del rector, José Ángel Narváez. Han asistido a la ceremonia varios representantes institucionales –entre ellos, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ingeniero agrónomo y presidente de la Diputación en las fechas en las que el honoris llegó a Málaga-, el vicepresidente del CSIC, empresarios, biólogos y decenas de los numerosos amigos que ha hecho, a lo largo de los 56 años que lleva viviendo en España.

La Universidad le atribuye a Wienberg el mérito de haber convertido a España en la ‘California europea’, gracias a la creación, en 1961, del centro de investigación experimental ‘La Mayora’–ubicado en Algarrobo Costa- y de haber introducido y desarrollado los cultivos de la fresa y del aguacate, cuya explotación genera ingresos anuales de casi 400 millones de euros y proporciona trabajo a miles de familias andaluzas.

Hans-Dieter Wienberg (Turingia, 1929) llegó a España a mediados de los años 50 por una serie de casualidades. Tras serle expropiada la granja a sus padres cuando su ciudad pasó a formar parte de la recién fundada República Democrática Alemana, la familia se refugió en la Alemania controlada por los aliados. Allí cursó sus estudios y solicitó una beca, que le fue concedida para acudir a la gris España de esa época. En su afán por aprender más idiomas, el joven Wienberg recaló en Huesca con el objetivo de llevar a cabo un estudio para la puesta en regadío de fincas en esa provincia.

La estancia de un año se prologó a tres, según ha narrado el profesor Rodríguez Bejarano en su Laudatio. Tras entrar en contacto con José María Albareda, secretario general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), éste le ofreció un contrato para realizar estudios de producción ganadera en Extremadura. Tras un exhaustivo conocimiento de la situación, tuvo, según su padrino, una visión: “La visión de una California europea”.

Por ello, edita un texto junto a otros expertos en el que llegan a la conclusión de que España, por su clima y situación geográfica en una Europa en desarrollo, puede convertirse en la fuente principal para la producción de frutas y hortalizas extratempranas, para lo que encuentran una tierra especial: el litoral de las provincias de Málaga, Granada y Almería.

De ahí surge ‘La Mayora’, de la colaboración del CSIC y el gobierno alemán. Catorce años estuvo Wienberg al frente de ella, hasta conseguir que, gracias a las labores de investigación y desarrollo que se llevan a cabo en el centro, hoy se dé trabajo a miles de personas y se generen beneficios anuales que ascienden a millones de euros.

Proyección
Rodríguez Bejarano ha explicado en su justificación del honoris causa para el científico alemán que el cultivo de la fresa se inició en La Mayora tras un viaje que hizo a la Universidad de California Davis, de donde se trajo variedades de fresón que, tras selección y puesta a punto de las técnicas de cultivo apropiadas, se pusieron en explotación, llegándose a producir hasta 400 toneladas anuales de esa fruta en la finca. El éxito fue tal, que desde el aeropuerto de Málaga se produjo la primera exportación de este fruto a Europa. De forma paralela, se llevaron a cabo ensayos similares y se transfirió la tecnología a la provincia de Huelva, bajo la supervisión y asesoramiento del personal técnico de La Mayora. La falta de suelo y de mano de obra, generados por el desarrollo del turismo en los años 60, limitó la implantación de este cultivo en la provincia de Málaga, que sin embargo, arraigó de forma espectacular en Huelva, convirtiendo a España en el mayor productor europeo de este fruto.

El segundo gran éxito del trabajo que se realizó en la Mayora entre los años 60 y 70 del pasado siglo fue la introducción del aguacate. Hoy basta con pasearse por la comarca de La Axarquía malagueña para darse cuenta del enorme auge que tiene el cultivo de esta fruta subtropical, que por sus características no puede producirse de forma comercial en ningún otro país europeo. El origen de este éxito está en la iniciativa del Doctor Wienberg, en el trabajo entusiasta de sus colaboradores y en el apoyo que recibió La Mayora de la Diputación de Málaga.

Ya en fechas recientes, se han incorporado al proyecto de La Mayora numerosos investigadores del CSIC. Hace cinco años se creó el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora, gracias a un convenio con la Universidad de Málaga, que hoy le ha entregado su máxima distinción.

Legado
Así lo ha reconocido el rector, que ha aprovechado el acto de investidura para mostrar la admiración de la institución académica por la figura y la obra del homenajeado. “Es parte de su legado el que esta universidad pueda tener hoy en día uno de los proyectos más apasionantes y con más futuro como es el Instituto de Horto-Fruticultura, un centro que ha permitido fortalecer la capacidad investigadora y la interrelación con los sectores productivos. Un centro cargado de futuro y asentado sobre unas bases sólidas”.

No ha desperdiciado Narváez la oportunidad de recordar que, pese a que el proyecto de La Mayora “ha demostrado durante casi medio siglo que la investigación y la innovación son fuentes de riqueza y desarrollo para la sociedad”, la durísima crisis económica “se ha llevado por delante muchos proyectos e ilusiones, cuyas consecuencias aún sufrimos”. A juicio del rector, “aunque hemos oído asegurar que hay que apostar por el conocimiento, la investigación y la innovación, los hechos hablan en sentido contrario, y la Unión Europea dobla a España en inversión de I+D”.

Por este motivo, ha vuelto a abogar por un pacto de Estado por la Ciencia, “que permita desarrollar una estrategia de I+D+i a largo plazo, al margen de los vaivenes políticos”. En su opinión, “ahora mismo resulta desolador que la Ciencia siga estando ausente en pleno debate sobre el futuro (…) y que los que nos gobiernan no sean sensibles a la importancia de la investigación científica”.

Es por eso por lo que el rector se ha mostrado partidario de soñar que dichos gobernantes “tuvieran la visión del canciller alemán Ludwing Erhard, que en los años 60 decidió invertir en ciencia en un país pobre y de futuro incierto”. “La ciencia no se puede medir por legislaturas. La ciencia es el arma de la sociedad”, ha concluido el rector, para quien el acto de hoy es una reivindicación de la ciencia, “de la visión y del tesón de las personas que están convencidas de ello y que son capaces de llevarlo a cabo. Hoy, desde la universidad pública, honramos a un hombre que ha demostrado que esto es posible”.

Emoción
Y ese hombre, Hans-Dieter Wienberg, ha recibido el honor de la distinción con mucha emoción. “Interpreto este galardón en primer lugar como un reconocimiento del valioso trabajo de todos los equipos del Instituto de la Mayora durante los últimos 56 años”, ha comenzado diciendo.

Ha continuado repasando la historia de La Mayora, un proyecto mixto entre España y Alemania que se ha desarrollado “de forma perfecta” y que ha constituido una excepción en la colaboración bilateral de ambos países, puesto que normalmente están limitados a un máximo de 5 a 10 años y en este caso se ha prolongado mucho más”.

El doctor Wienberg ha valorado especialmente el convenio entre el CSIC y la UMA, “ya que abre nuevos y prometedores horizontes para la hortofruticultura subtropical y mediterránea en España”, y ha terminado diciendo que en ningún sitito “he conseguido éxitos tan palpables como aquí y en ningún sitio me he encontrado tan a gusto como en Andalucía”. Un caluroso aplauso ha arropado el reconocimiento que le brinda la UMA al impulsor de los cultivos subtropicales.

Video completo de la ceremonia