El catedrático de Electrónica Física de la Universidad Politécnica de Madrid Antonio Luque López ha sido investido hoy como doctor honoris causa por la Universidad de Málaga en un acto celebrado en el Rectorado, en el que ha actuado como padrino el catedrático de Física Aplicada José Ramón Ramos Barrado.

El homenajeado ha recibido los elementos que le acreditan con tal honor -el título, la medalla, el birrete, los guantes, el Libro de la Ciencia y el anillo- de manos del rector, José Ángel Narváez.

La Universidad distingue a Luque por ser “uno de los científicos más destacados a nivel mundial en el estudio de los fundamentos físicos de las células fotovoltaicas” y “uno de los científicos más importantes en el desarrollo de la producción industrial de electricidad solar”, según ha destacado el profesor Ramos Barrado  en su laudatio.

Antonio Luque (Málaga, 1941) es el impulsor de la investigación en fotovoltaica en España. El Laboratorio de Semiconductores de la Universidad Politécnica de Madrid que creó en 1969 se convirtió una década más tarde en el Instituto de Energía Solar (IES), una institución pionera y un centro altamente reconocido en la investigación fotovoltaica en toda Europa.

Según ha destacado el padrino en su discurso, el nuevo miembro del Claustro de la UMA ha hecho importantes contribuciones al desarrollo teórico y tecnológico de su campo de investigación, con especial referencia a su capacidad para la transferencia a la industria de sus trabajos, lo que se tradujo en la creación de Isofotón, referente mundial en la fabricación de células fotovoltaicas de silicio y semiconductores III-V “y que ha paseado el nombre de Málaga y de su Universidad por todo el mundo”.

Descubrimientos
Haciendo un repaso de su trayectoria, destaca una fecha, 1976, como el año del descubrimiento –por parte de Luque- de la célula solar bifacial. En 1976 surgió el concepto revolucionario de la célula de banda intermedia.

Todas sus aportaciones contribuían a revolucionar el panorama de su ámbito de investigación. Expertos de todo el mundo se reunían en proyectos coordinados por Antonio Luque. Sus años de experiencia le hacen afirmar al padrino que “lo que distingue a los muy buenos de los buenos científicos es la creencia de que los límites pueden ser superados”.

Máxima
El nuevo honoris ha comenzado su lección con una máxima en latín: ‘Age si quid agis”, que, traducida, podría tener el sentido de: “Actúa si algo pretendes”.

Con este lema, según ha reconocido ante tan docta audiencia, ha trabajado toda su vida. Tras narrar sus objetivos al crear nuevos conceptos, Antonio Luque ha dedicado especial atención a Isofotón. Fundada en 1981, tras sus logros –reconoció- •”atravesamos muchas vicisitudes. No se sabía ni fabricar ni vender. Normal”, añadió. Hubo abandonos ante del rescate por parte de otras empresas y él mismo salió de la empresa en 1990, tras lo que siguió investigando.

No ha querido evitar el honoris un canto a la esperanza para la investigación, en especial por la capacidad de los jóvenes bien formados, “profesionales capaces de llevar a cabo nuestro desarrollo tecnológico”. “La Universidad lo está haciendo bien”, ha concluido.

El guante ha sido recogido por el rector, quien en su discurso ha asegurado que “si los responsables de la gestión política se dieran cuenta del valor, de la potencia, de las capacidades de las universidades públicas, podrían tener en sus manos la herramienta más potente para construir la sociedad del futuro”. “La sociedad debe volver sus ojos hacia universitarios con la experiencia y el conocimiento necesarios para hacer un diagnóstico riguroso del presente”, ha añadido, al tiempo que ha afirmado que “no necesitamos continentes nuevos, sino personas nuevas (…), personas con talento, con energía y comprometidas como Antonio Luque”.