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Ágora

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UN PROCESO PARTICIPATIVO ABIERTO A TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Si la Universidad es de las personas, estas son el eje central a partir del cual debe procederse a la toma de decisiones. Y para ello, la participación de la comunidad universitaria es un elemento clave para la articulación del Plan. Un hito de dicha planificación fue la creación de la plataforma Ágora que regula y centraliza el proceso participativo, como elemento fundamental para asegurar que el Plan refleje las necesidades, expectativas y aspiraciones de la comunidad universitaria. El valor de esta participación radica en que otorga voz y visibilidad a todos los colectivos que conforman la Universidad, promoviendo una planificación más inclusiva, colaborativa y alineada con los intereses comunes de sus miembros.

En primer lugar, la participación activa de las personas en el proceso participativo tiene un impacto directo en la legitimidad del Plan final. Cuando los miembros de la comunidad universitaria—estudiantado; personal técnico de gestión, administración y servicios (PTGAS); profesorado (PDI); y cualquier otro colectivo implicado—tienen la oportunidad de expresar sus opiniones y aportar ideas, se genera un mayor sentido de propiedad y responsabilidad compartida sobre los resultados. Al sentirse parte integral del proceso, las personas perciben que sus preocupaciones y propuestas son tomadas en consideración, lo que aumenta la confianza en la dirección estratégica que la Universidad ha tomado.

Además, la participación a través de estos procesos fomentó la diversidad de perspectivas en la toma de decisiones. La comunidad universitaria está compuesta por individuos y colectivos con experiencias, roles y visiones diferentes, lo que enriquece el proceso de planificación. La aportación de ideas desde distintos ángulos permite abordar los problemas desde una óptica más amplia, considerando aspectos que quizás no habrían sido evidentes para los responsables de la planificación sin estas contribuciones. Por ejemplo, el estudiantado puede aportar ideas desde su experiencia diaria con el entorno de aprendizaje, mientras que el PTGAS puede ofrecer perspectivas sobre la gestión, los recursos y las infraestructuras. Esta diversidad de visiones facilita la creación de un plan estratégico más completo, adaptado a las realidades de todos los sectores de la Universidad.

Otro beneficio clave de este proceso participativo es que fortalece el sentido de pertenencia a la institución, nuestra Universidad de Málaga. Asimismo, la participación a través de Ágora promueve la cultura del diálogo y la cooperación dentro de la Universidad. La posibilidad de discutir ideas, debatir propuestas y llegar a consensos entre diferentes actores fortalece las relaciones dentro de la comunidad. La participación no solo se limita a aportar ideas, sino que también involucra el reconocimiento de las aportaciones de los demás, lo que fomenta un mayor entendimiento y respeto entre los diferentes miembros de la comunidad. Finalmente, el proceso participativo también contribuyó a la creación de soluciones más innovadoras y efectivas. Al abrir el espacio para que todos puedan participar, se incrementa la probabilidad de que surjan ideas frescas y propuestas innovadoras.

En resumen, la participación de las personas en la elaboración del Plan es crucial para asegurar un proceso inclusivo, legítimo y colaborativo. Los beneficios no solo se reflejan en la calidad del mismo, que incorpora diversas perspectivas y necesidades, sino también en la cohesión y el sentido de pertenencia dentro de la comunidad universitaria. Al involucrar activamente a todos los sectores en la toma de decisiones estratégicas, la Universidad de Málaga garantiza un Plan más robusto, respaldado y alineado con las expectativas de sus miembros, lo que a su vez facilitará su implementación y éxito a largo plazo.

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