01 Hacia la Universidad de Málaga: cuatro siglos de intentos (1561-1968)
Muy lejos quedaba la intención de Juan de Berlanga y Maldonado de instalar en 1561 una universidad en la ciudad de Málaga, de la que era corregidor (Reder Gadow 1989 y 1993), cuando iniciativas semejantes fracasaron de nuevo en 1842, 1887 y 1906 (García Montoro 1983).
El proyecto de 1842 fue el más sólido: auspiciado por el Ayuntamiento y apoyado, entre otras instancias, por la Diputación y el obispado, aprovechó el momento desamortizador para tratar de asentar una universidad, orientada hacia disciplinas aplicadas —según el modelo del Colegio de San Telmo, que desde 1787 se dedicaba al estudio de la náutica y el comercio (Santos 1993)— en el antiguo convento de San Agustín; pero el Gobierno liberal se negó a crearla, aunque fundó en 1846 la Escuela Normal de Maestros, que pocos años después se fusionó con el Colegio de San Telmo (Ortega y Mateo 1983).
Al amparo del decreto de 21 de octubre de 1868, que autorizaba la fundación de centros educativos con libertad de enseñanza por parte de personas individuales, diputaciones y ayuntamientos, Juan J. de Salas, director del Colegio Virgen de la Cinta, y el Ayuntamiento trataron de crear una facultad libre de Derecho en Málaga, pero la Universidad de Granada, responsable de la matriculación oficial de los alumnos, se opuso. En 1881-1882, el Seminario Conciliar acogió a estudiantes de Derecho y Filosofía y Letras matriculados en universidades oficiales, sobre todo la de Granada (Ortega y Mateo 1983).
Aún el 5 de mayo de 1934 la Diputación Provincial incoó un expediente con el siguiente objeto: “Acuerdos de la Comisión Gestora, en relación con la propuesta formulada por el vocal de la misma don Pedro L. Alonso, para que se solicite del Gobierno la creación en Málaga de una Universidad”.
Aunque la prensa local apoyó la iniciativa, como ya lo había hecho en 1887 y 1906, las instituciones malagueñas consultadas por la Diputación apenas la respaldaron o se opusieron a ella (Caballero e Hijano 2000). Casi treinta años hubo que esperar para otro impulso semejante, aunque con muy distintas condiciones. Así, el crecimiento de la matriculación en estudios preuniversitarios, que entre 1960-1961 y 1970-1971 había sido de un 271% en España, por encima del 196% de Sevilla y el 154% de Granada, pero por debajo de Málaga, que había aumentado en un 324% (Ortega 1991, cuadro 4). El 23 de marzo de 1963, el gobernador civil de la provincia pidió al Ministerio de Educación Nacional una Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales.
Una manifestación encabezada por las autoridades de entonces respaldaba en mayo esa solicitud. Que fue atendida cuando el 17 de mayo de 1963 el Consejo de Ministros aprobó su creación.
Solicitud de una universidad (1934). Archivo de la Diputación Provincial de Málaga
Sin embargo, cuando el 22 de mayo de 1968 el Gobierno creó nuevas universidades en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, dejó de nuevo a Málaga postergada en su ya añeja aspiración. Cinco días después, una representación de padres de familia se entrevistó con el gobernador civil para reivindicar la universidad. Apoyaba el logro de ese objetivo una campaña de prensa iniciada con el artículo “Universidad”, que José María Martínez Ruiz-Morón publicó en Sur. Y el 20 de junio se constituía la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga, aprobada por el Gobierno Civil el 4 de julio y albergada en la sede de Peña Malaguista (Plaza del Carbón, 3). Con el lema “Málaga, por su Universidad”, la Asociación difundió varios comunicados en prensa y radio, campaña de la que se hicieron eco en España artículos como el de Lorenzo López Sancho, “¿Y Málaga? Un sueño bajo el sol: la Universidad” (Abc, 8-9-1968, p. 19). La Asociación celebraría su última sesión el 14 de junio de 1987 (García Maldonado 1993).
Estatutos de la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga (1968). Archivo de la Diputación Provincial de Málaga
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