En el Mes del Orgullo, celebramos la diversidad, honramos la memoria de quienes abrieron camino con valentía y reafirmamos nuestro compromiso con un mundo donde todas las personas puedan ser libres y visibles. El Orgullo no es solo una celebración: es una declaración de resistencia, una exigencia de igualdad y una promesa de futuro. Mientras exista discriminación, seguiremos alzando la voz. Porque amar, ser y existir con dignidad no debería ser un privilegio, sino un derecho universal.

Hasta que todas las personas podamos hablar con libertad, sentir sin miedo, elegirnos sin culpa y existir sin odio, nuestra lucha seguirá siendo necesaria para poder vivir como deseamos y elegimos.  

 

Hoy, cuando el odio se disfraza de opinión y la violencia vuelve a vestirse de normalidad, el Orgullo es resistencia. Es vida. Es amor propio. Es memoria. Es rebeldía contra la ignorancia y el odio.